La visita del polémico candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, constituye un grave error político de quienes asesoran al primer mandatario mexicano. Tendríamos que saber si fue realmente una iniciativa mexicana o una imposición de los republicanos.
Porque es posible que el partido conservador estadounidense quiera ejercer una especie de control de daños y minimizar la derrota que se ve venir para su histriónico candidato.
Venir a México a “dialogar” con el presidente de la república mandaría una falsa señal a los mexicanos que radican en Estados Unidos y que cuentan con el derecho de voto, los cuales constituyen un significativo porcentaje en estados como California, Texas e Illinois.
Con esta visita, pareciera que Donald Trump se ablandase y mostrara una agenda más benévola hacia los mexicanos radicados en los Estados Unidos.
¿O se trata de venir a amenazar al presidente Peña Nieto con la deportación de miles de mexicanos indocumentados y la construcción de la ya tan cantada muralla fronteriza con factura para México? Por otra parte, la ausencia de la también invitada candidata demócrata Hillary Clinton representa un claro desaire a la iniciativa del presidente de México y pone de relieve el poco poder de convocatoria que tiene nuestro país en asuntos de relaciones exteriores con los Estados Unidos.
Y por si fuera poco, una invitación a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos para “dialogar” antes de las elecciones de aquel país constituye una flagrante intromisión en los asuntos internos de la república del norte.
Con toda razón, la candidata Clinton declinó la invitación.
En La Comarca Lagunera, las lluvias prematuras de agosto han sido abundantes y se consideró necesario soltar agua por el cauce del Nazas. La Laguna se ha vestido de verde. Sin embargo, los numerosos charcos de aguas estancadas favorecen la proliferación de mosquitos (moyotes) que son potencialmente portadores de enfermedades como el dengue, zica y chicungunya.
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