“En la mayoría de los deportes unos ganan y otros pierden. En la maratón, no. Del primero al último, todos son ganadores”
Miquel Pucurull
Seguramente el día de ayer o el día de hoy recogerás tu paquete conteniendo en el pecho un sinfín de emociones. El reto no es menor, así seas un corredor experimentado o primerizo. Correr 42 kilómetros y 195 metros en la Ciudad de México no será sencillo pero su dificultad será directamente proporcional a la huella que dejará en tu vida.
Para llegar a este momento seguramente ha sido necesario invertir una gran cantidad de tiempo, esfuerzo, dolor y dinero, agrupados en una serie de sacrificios que pocos seres humanos se atreven a hacer.
Si eres un corredor promedio, has tenido que destinar al menos unas 10 horas por semana durante un periodo aproximado de 5 meses, con todo lo que ello significa, abrazando hábitos saludables y poniendo límites a aquellas acciones que te alejan del objetivo; es decir, alineando todas tus acciones en pro de la meta que se tiene en mente y que se le lleva tatuada por todo ese tiempo. A eso lo llamo: metodología maratón.
De dos cosas estoy absolutamente seguro: 1. De que mañana será un día inolvidable, del cual te de acordarás toda la vida, y será una marca que te recuerde la gran capacidad y potencial que tu mente y cuerpo representan. 2. Que cualquier objetivo que te plantees, que sea abordado bajo la metodología maratón, tendrá enormes posibilidades de éxito.
De los 8 mil millones de habitantes en este mundo, solamente poco más de un millón de ellos, tienen el interés, la constancia y la determinación que tú tienes, para correr un maratón.
Se acerca el momento de la cosecha. Deberás colocar la última pieza de un rompecabezas realmente complejo pero enormemente satisfactorio. No será sencillo, echarás mano de fuerzas que desconocías que albergaban en tu mente y corazón. Muy probablemente por momentos, el dolor y el cansancio harán todo por detenerte, incluso un sector de tu mente intentará engañarte obligándote a abandonar.
Abraza tu metodología, abraza a los que más quieres y te quieren y cosecha el fruto de tu gran esfuerzo.
Abastecimiento: No olvides llevar entre tus ropas una identificación y datos de contacto de quien pudiera auxiliarte en una emergencia.