Falta un mes aproximadamente para que los nuevos cabildos entren a tomar posesión en la administración de los municipios de Hidalgo y ya la maquinaria está echada a andar para que sea todo transparente y sin contratiempos.
En varias partes de nuestro territorio los colores cambiarán y con lupa, los que lleguen empezarán a revisar lo que les dejan, para evitar malentendidos, así empezó acá en Pachuca con Jorge Reyes cuando se reunió con el saliente Sergio Baños y de manera clara dijo que empezarán a ver de arriba para abajo todo lo que le den.
Lo anterior con el fin de encontrar alguna irregularidad, que, de antemano le comento que sí las van a encontrar, y es que el señor Baños deja una administración para el olvido, más errores que aciertos, hizo cosas valiosas es verdad, pero de plano está dejando una ciudad capital en ruinas, basura por todos lados, alumbrado casi inexistente y ni qué decir de las pésimas condiciones de las calles, parecen ya parte de alguna ciudad bombardeada de Beirut.
Ardua labor tendrán los alcaldes entrantes que además honrando la tradición política, removerán a toda la primera línea de la administración y no con liquidaciones conforme a ley créame usted, sino más bien a la usanza más rancia que tiene de operar nuestros gobiernos, esto es pidiendo la renuncia de todos, justo así como ya le hizo doña Lorena García que ni tarda ni perezosa, y obvio lamentándose, primero por la pérdida del que en vida fuera el alcalde de Tulancingo Jorge Márquez, pero también diciendo que ya le “lleguen” tanto secretarios como directores, subdirectores y hasta jefes de área; con toda la guillotina por delante está la futura alcaldesa.
Y repito que esto no es nuevo, es la costumbre de los que llegan, es más se sabe que cuando a uno lo invitan a formar parte del equipo de un presidente municipal, lo primero que firma y pone a disposición es la carta renuncia del cargo al cual está siendo invitado, así ha sido, así es y así seguirá siendo.