Dejando un poco la locura política de estas dos semanas donde afortunadamente ha pasado de todo, y digo que con fortuna porque nos deja ver que la libertad de expresión está hoy más presente que nunca, le quiero platicar de este 16 de junio.
Mañana se cumple el tercer domingo del mes y como es tradición, se celebrará el Día del Padre, de manera muy diferente a como se celebró a la madre, seguramente más austero y sin tanta preocupación por cumplirle a él, quedando en algunos casos en una breve felicitación solamente.
Esta disparidad tiene varias razones, de las más fuertes es que los roles de género tradicionales siguen bien arraigados entre nosotros, en donde asocian a las madres con el cuidado, atención y crianza de los hijos.
Ellas son las que cuidan el hogar, mientras que ellos los padres, aún siguen estando en el papel de los proveedores materiales, los que emocionalmente no están, las madres se conciben como las que más contribuyen con el amor y el sacrificio de la casa, pero papá es más como aquel ser ausente.
Es cierto que en los últimos años se ha empezado a gestar un cambio de dirección, rompiendo esquemas y mirando a un padre más cercano en afecto, pero esto es apenas reciente, aún los mayores de 40 traemos una tradición más enfocada en reconocer que la que se sacrifica y entrega su espacio y su tiempo aún a pesar de lo que ella quiere, son nuestras madres, mientras que el padre recibe el estereotipo del duro, inútil en el hogar y hasta mujeriego, ahí tiene usted las canciones de doña Paquita la del Barrio.
De a poco seguro estoy que el cambio se seguirá dando, provocando que los padres se vuelvan más activos en la crianza, así que mañana si tiene a su padre vivo, valórelo y pasen tiempo de calidad juntos, seguro ese será su mejor regalo, dese la oportunidad de honrarlo, de reconocerle su participación en su vida y en lo que usted se ha convertido, ya que, en gran medida, aunque parezca no cierto, mucho es gracias a él, valore a su viejo.
