Casi 45 años después de jurar lealtad al tricolor, don Fayad le dijo adiós al partido de sus amores, donde logró sus mejores victorias políticas y que lo llevó a ocupar el máximo escalafón en Plaza Juárez.
En esta semana que termina, a las oficinas del CEN de este partido llegó la carta de renuncia y a su vez de condena ante las tantas “irregularidades” que según Omar se han presentado a lo largo de los últimos tiempos y que fue lo que lo llevó a dejar lo que tantos años trabajó.
Para nadie de los de estas tierras es desconocido que la ruptura se dio desde que “Alito” y Carolina Viggiano tomaron el control nacional del PRI, para nadie es extraño que su gallo para las pasadas elecciones era Israel Félix Soto y que no lo dejaron ponerlo porque según era entregarle el estado a Morena, cosa que a final cuentas pasó y para nadie es extraño que, a la distancia el alcalde de Pachuquilla hubiera dado mucho más batalla a Julio Menchaca, de lo que la candidata en ese entonces dio.
Esas rencillas fueron haciendo las grietas más grandes en el hombre que con el Revolucionario Institucional fue diputado, presidente municipal, senador y gobernador de Hidalgo, hizo de todo y logró de todo en su momento y terminó por desencantarse de ese canto de las sirenas del poder.
Solo le digo que Omar no es ningún tonto lector mío, atrás de esta decisión hay un plan bien desarrollado, hay ya mucho estudiado, los que lo conocen saben que no da “paso sin huarache”, además su frase lapidaria de que muchos se irán deja entrever que algo más pasará, veremos cómo se va poniendo la cosa, por lo pronto para los de la colonia Buenavista allá en Ciudad de México la cosa se les pone cada vez más fea.
Aunque quizá Mauricio Vila pueda ser su tabla de salvación, pero de esto luego hablaremos.
Mientras tanto solo esperemos que esta jugada de nuestro ex gobernador no haya sido una forma de rendir tributo y asegurar así ser embajador, ya se verá.
