Fue en diciembre del 2018 cuando Abraham Mendoza nuestro superdelegado recibió la encomienda de estar al frente de la Secretaría de Bienestar del estado de Hidalgo, convirtiéndose en la mano derecha de AMLO para estas tierras.
Desde ese entonces para él las cosas no han sido del todo brillantes, es más, muchos dicen que ni han sido, es decir nomás no opera como debería ser en su totalidad, la va llevando pues, por así decirlo. Lo anterior ha provocado que un sin fin de hechos y comentarios hayan empezado a salir por todos lados, el costo de la inexperiencia parece que se le está yendo de las manos, lentos, muy lentos los programas de impacto social que debe de coordinar han empezado a dejar de estar paralizados, pero en un inicio le llovieron por todos lados criticas a la lentitud de acceso a los recursos federales y a la fecha sigue presentando rezagos. Si le sumamos a lo que paso ayer cuando un grupo de agricultores secuestró la Secretaría aduciendo que al campo Don Mendoza Zenteno no lo ha pelado y que no les ha dado apoyos financieros, junto con que le espetan de que sus subdelegados y coordinadores andan siendo acusados por actos de corrupción, y de que él mismo obedece a los intereses del patronato de la UAEH, no le esta ayudando en nada.
Además, si le entramos al tema de la relación que tiene con Omar Fayad, la cosa va por el mismo camino, no se odian, pero tampoco el gobernador lo ha considerado en muchas cosas de su administración, como varios dicen: “Cada quien trae su agenda política”, y si a esto le agregamos la decisión de la Conago de acotar la participación de estos superdelegados en las mesas de seguridad en donde el principal orquestador de ese documento regulatorio fue nuestro gobernador, pues, ya se imaginará entonces de qué va este tema.
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