El Semáforo

ROJO

No me gusta utilizar la palabra fracaso, pero hay veces que no queda de otra; la Selección Mexicana de futbol fracasó en la Copa Oro y lo hizo porque nunca convenció, porque se sufre más de la cuenta con equipos que sí están por debajo del Tricolor (como ante Trinidad y Tobago, cuando empataron a cero). La realidad es que solo con el nombre no se gana, ya sea de un jugador o simplemente por ser México. Hay que jugar, hay que entender que se necesita trabajar, que necesitamos una mejor defensa y resolver el problema en zona ofensiva. Es una vergüenza perder dos finales seguidas ante Estados Unidos.

AMARILLO

Simone Biles tenía la presión de ser una de las estrellas de los Juegos Olímpicos, porque sus mismas actuaciones y resultados así lo establecieron. La que ha dedicado una vida a la gimnasia, a competir en el alto rendimiento es la misma norteamericana, así lo eligió y con ello eligió la presión y la crítica (como en muchos otros trabajos); cuando tomó esa decisión tendría que haber evaluado ¿si podía o no? La diferencia entre ser uno de los mejores de la historia o ser uno más, no es nada más el talento y la disciplina, es sobrellevar la presión y la parte mental. Nos estamos acostumbrando a las generaciones de cristal, que ya no aguantan y mejor se hacen a un lado. Al final (no siempre, no es una ley), las cosas que queremos cuestan y hay que trabajar para lograrlas.

VERDE

Ser latinoamericano a veces es difícil, sobre todo cuando se trata de deporte, porque no se cuenta con el apoyo, ni el dinero, ni la infraestructura para sobresalir como en otras partes del mundo. Sin embargo, Tokio 2020 nos ha dejado grandes momentos de los latinos que vale la pena destacar: la primera medalla para una mujer ecuatoriana fue de Neisi Dajomes (en halterofilia) o las preseas de Venezuela (siendo esta edición su mejor participación en las justas veraniegas) de la mano de Yulimar Rojas (con récord Mundial y Olímpico) o la del cubano Mijaín López, quien se convirtió en el luchador con más oros olímpicos en la historia o Kevin Cordón, de Guatemala, quien a pesar de no lograr el bronce, obtuvo el cuarto sitio en bádminton. Todos ellos (y muchos más) han demostrado que con poco se puede hacer mucho.