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Que te vaya bonito

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  • Celeste Ramírez

Como no hay cita que no se cumpla ni enfermo que dure cien años, acudí —indudablemente- a la protección del documental Sintiéndolo Mucho (España,2022), del director Fernando León de Aranoa. Un retrato cercanísimo en vivo y a todo calor (y color) del cantautor español Joaquín Sabina.

Ciento por ciento recomendable. Es el lado humano y personal de un artista famoso construido a sí mismo, desde las vías del tradicional subterráneo de Londres, desde los bares con tintes mexicanos en Madrid, hasta los más simbólicos escenarios de capitales de la fama latina: México, Buenos Aíres, Perú, Chile, Uruguay, Los Ángeles, Nueva York y otros más.

Como nota emblemática, antes de la pandemia, Sabina dejó a un lado el Piccadilly Circus de su juventud, para presentarse en 2017, nada menos que en el clásico London Royal Albert Hall.

Para la realización del documental, el director siguió al cantautor durante 15 años, el entretelón de una vida dedicada a la música, a la composición y a pasársela bien.

Es un documento visual valioso porque muestra a un Sabina, más de hueso que de carne. Un corazón prófugo y el paso a trote, porque Sabina siempre vive de prisa, incluso ahora que… está domesticado.

Mención aparte y fundamental son los testimonios de primera mano que realiza sobre México. Vemos las calles de la ciudad capital, su hotel preferido en Planco, al que siempre llega desde aquellos años ochenta. Su cantina predilecta en la Plaza Garibaldi, como un templo de la perdición al que acude puntal en cada visita.

Una insistencia absoluta al compositor vernáculo José Alfredo Jiménez: «Cuántas luces dejaste encendidas. Yo no sé cómo voy a apagarlas». Imposible superar ese verso, apunta.

Ojalá que te vaya bonito, una canción que reiteradamente canta a lo largo del documental.

Vemos a un Sabina en crueles ataques de pánico antes de entrar al escenario, al igual que el torero cuando se planta y cita a un miura.

Vemos también a un Sabina defensor de la fiesta brava: “Amo a los animales, pero me encantan los toros”. Desde la barrera, fue un testigo atónito de la escena dramática en la que, en Aguascalientes, en plena Feria de San Marcos, el astado Navegante hiere de peligro al matador —de purísima y oro— José Tomás, el último mesías de los ruedos; por cierto, esta escena taurina quedó inmortalizada a través de la pluma de Mario Vargas Llosa y otros en el libro Diálogo con Navegante (De Vecchi, 2014).

Sabina, con seis Ducados arrugados y bombín (el cual usa solo en el escenario) … ni tan joven, ni tan viejo, like a rolling stone.

Celeste Ramírez

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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