Cultura

Mirando en 360 grados

  • Malas compañías
  • Mirando en 360 grados
  • Celeste Ramírez

El año tiene 365 días y la rotación 360 grados, podríamos decir que es un parámetro de casi un grado por día, y diciembre siempre invita al recuento, al balance, a la reflexión de lo hecho y de lo vivido. Se termina 2022, con el sello de ser un año de pospandemia con pandemia —porque no ha terminado, oficialmente—. Es un año que ha sido raro, algunos anuncian recuperación, empleos y mejoras, y otros reportan caídas, cierres y pérdidas, un año, eso sí: de intereses excesivos e imparables.

En este balance de estos 12 meses se atraviesan ideas de lo que fue y lo que no; de lo perdido y de lo ganado; de los seres queridos de muchas personas que se adelantaron en este año y deshilaron las redes familiares que cobijan las tradiciones en los hogares. Una persona que se adelante en el camino de la vida o que cumpla su ciclo será un lugar vacío en las mesas del festejo.

En esta mirada de fin de año también se presentan imágenes felices, no todo es tristeza.

Dosmil veintidós, con su simbólica consecución del número dos, a la que se le ha atribuido la representación de un nuevo comienzo, fue en sí mismo una nueva oportunidad de crecer, de valorar.

Somos seres que aprendemos, cambiamos, rectificamos el camino, recalculamos; somos seres que se adaptan, que sobreviven y se sobreponen a circunstancias adversas; sin embargo, no hemos encontrado la fórmula, la receta, la respuesta, para disminuir las conductas violentas que cada día se detonan por incidentes más insignificantes: hoy vemos cómo un conductor reacciona con instintos asesinos a la mínima provocación; ante un estímulo menor se desata una reacción desproporcionada que cambia vidas y destinos.

Esa adaptabilidad instintiva que caracteriza a la especie humana ha olvidado cómo domar a la parte del cerebro más primitiva y muchas personas comienzan a responder como en la época de las cavernas, cuando la supervivencia del más fuerte era la única ley. No podemos seguir así. Ese es mi balance de 2022. La violencia tiene que parar, no solo la que proviene de los grupos delictivos, me refiero a la que permea en las familias, en los trabajo, en las escuelas, en las calles.

El año 2023 se acerca tímido, tomemos la oportunidad para recomenzar.

Celeste Ramírez
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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