Escribí ayer sobre lo que se vive en Chilpancingo. De la inutilidad, de la ausencia del Estado.
Ayer mismo me quedó claro lo corto que me quedé. Va la nota de El Sur de Guerrero de ayer.
“En busca de una tregua para pacificar Guerrero, los cuatro obispos de la entidad se reunieron con líderes de los grupos criminales, pero no hubo resultados porque a éstos les interesa el dinero, el territorio y el poder. Así lo reveló esta mañana el obispo de la diócesis de Chilpancingo Chilapa, José de Jesús González Hernández.
“Al término de la celebración de la misa con motivo de la imposición de ceniza a los feligreses, el prelado respondió a preguntas de los reporteros y dijo que los obispos se reunieron por separado y en distintos momentos con diferentes líderes del crimen organizado antes de que se agudizara la violencia para buscar una tregua.
“Pero dijo que no fue posible porque éstos impusieron sus condiciones y que no se pusieron de acuerdo en el reparto del territorio. Contó que, en su caso, habló con líderes de Tierra Caliente y de la sierra. Llamó a las autoridades a hacer lo suyo, a que no simulen, no se corrompan”.
La nota traía el video de la conversación del obispo con los periodistas.
Ahí explica que están actuando porque, entre otras cosas, “hay mucho dolor” y se los ha pedido el papa y la violencia ya está tocando a “nuestra gente”.
“Nos han matado ministros de la comunión, nos han matado presidentes de adoración nocturna, nos han matado papás de acólitos, nos han matado ¿verdad? Sacerdotes gracias a Dios no, pero ya los hubo ¿entonces? Pues ya nos están tocando nuestra gente, nuestros fieles. Mayordomos, comisarios que están dentro de nuestra iglesia sirviendo a la comunidad. Voluntarios al servicio de la espiritualidad. Pastorales. Catequistas. ¿Entonces? ¿Qué está pasando?”.
Y terminó con un planteamiento que, creo, se hacen muchos en buena parte del país:
“Queremos el cambio y no se da, queremos mejores condiciones y no las tenemos. ¿Qué hay? Hay mentira, ¿verdad? Hay falsedad. Vemos que hay falsedad, pues estamos llenos de Ejército y delincuentes tan fácil que llegan, liquidan y se van. Penoso, penoso, da pena. Que no nos corrompamos, ya basta. Porque no es posible ver tantas patrullas de militares, de Guardia Nacional y policías en las calles y que se sigan cometiendo asesinatos”.
Nada que agregar a lo dicho ayer por el obispo.