Es cierto que la conferencia de prensa de Marcelo Ebrard fue anticlimática, sobre todo para aquellos que esperaban un rompimiento total con Morena o el anuncio de que iba a otro partido.
Fue anticlimática por el tono del ex canciller. Mismo tono de voz, sin mucha elocuencia, más bien enojado, triste.
Pero al mismo tiempo ha anunciado algo que, si lo entiendo bien —cosa que seguramente no sucedió—, lo podría enfrentar a su partido más que si ayer hubiera dicho que se iba.
Queda claro que si no hacen caso a su petición de revisar las “incidencias” que ha denunciado y reponer el proceso, él no tendría por qué “seguir participando” en Morena.
Eso no sucederá. El resultado se ha oficializado y el “bastón de mando” se ha entregado. Eso lo sabe Marcelo.
Pero también dijo: “He convocado y así hemos convenido. A partir del 18 de septiembre vamos a organizar y formalizar nuestro movimiento político nacional. Seguimos siendo parte de Morena, seguimos siendo los compañeros del Verde, seguimos siendo los compañeros del PT, pero tenemos una causa que defender. Quienes estén dispuestos a continuar en este proceso nos lo harán saber el 18 de septiembre; acto seguido, el 18 de septiembre haré un recorrido por todo el país para reencontrarnos con quienes nos apoyaron, nos respaldaron, nos siguieron, nos votaron, explicarles lo que estoy comentando ahora, informarles y finalmente concluir a mediados de octubre. Tomar en cuenta que estamos en un proceso donde las precampañas se inician el 4 de noviembre”.
Esto quiere decir que, en paralelo a la gira anunciada por Claudia Sheinbaum y que arrancará en esas fechas, su rival, su adversario, comenzará otra tratando de encontrarse con morenistas, petistas y verdes, pero no para un nuevo partido, eso ya no se puede.
Ya veremos cómo le va a Ebrard en su gira ahora en abierta confrontación con la candidata oficial y por lo tanto con gobernadores, alcaldes y estructuras de Morena. Todos saben que su futuro político depende de ella y de nadie más.
Dudo que en el equipo de Claudia Sheinbaum estén muy contentos. La “unidad” significa hacer giras para ella, la ganadora, la hoy jefa de la 4T.
El anuncio de la nueva gira, la ocupación de espacios mediáticos de Ebrard, la amenaza de irse, podrían ser una provocación quién sabe para qué o simplemente una manera de decir adiós a una buena y larga carrera política.
