En las últimas 48 horas Donald Trump ha publicado, entre otros, los siguientes tres tuits sobre la elección estadunidense: “Acabo de ver las tabulaciones de los votos. ¡¡¡NO HAY MANERA de que Biden haya obtenido 80 millones de votos!!! Esta fue una ELECCIÓN 100% FRAUDULENTA”.
“¡Esta elección fue FRAUDULENTA, pero GANAREMOS!”
“Elección CORRUPTA!”.
Estos tuits la misma semana en que el mismo Trump por fin aprobó que comience el proceso administrativo de transición que, entre otras cosas, incluye que Joe Biden comience a recibir información de seguridad nacional o de la situación del covid.
Y en la misma semana que estados clave han certificado la elección, los tribunales siguen rechazando las impugnaciones legales de los abogados de Trump y a días que se reúna el Colegio Electoral, que hará oficial la victoria del demócrata que tomará posesión en la tercera semana de enero.
Al mismo tiempo Trump tomó una decisión que revela que sabe que ya se va, otorgando un perdón presidencial a Michael Flynn, su ex asesor de seguridad nacional, convicto por sus contactos con Rusia. Flynn se había declarado culpable, por cierto.
En los hechos una cosa, en los tuits y en declaraciones públicas, otra.
La ruta de estos días parece confirmar que Trump está construyendo un futuro político y la primera avenida es quitar legitimidad a su adversario: “puede ser que Biden estará en la Casa Blanca, pero su presencia será ilegal”, dice Trump a sus seguidores para mantenerlos cercanos.
Es una estrategia que Trump conoce. Con Barack Obama en la Casa Blanca, el republicano se convirtió en el personaje público más relevante en avanzar una y otra vez la falsa teoría de que Obama había nacido en África y por lo tanto era ilegal que fuera presidente. Twitter fue su plataforma favorita para difamar al presidente y para regalar a racistas un pretexto supuestamente legal para oponerse a él, mismos que en 2016 votaron por Trump.
Ahora quiere sembrar la idea de la ilegitimidad de Biden y sobre ella construir su futuro, lo que incluye buscar protección política y de sus seguidores frente a los inevitables líos legales que enfrentará a partir de enero.
@puigcarlos