Así es la política en México. Ni modo.
El gobierno y sus voceros han mandado a poner el delirio de Javier Duarte en la caja de Andrés Manuel López Obrador.
Sale.
Lo que pasa es que los datos no dicen eso.
Al menos los datos de la Auditoría Superior de la Federación como los dimos el lunes a las diez, gracias a Leonardo Núñez.
Estas son las observaciones al gobierno de Veracruz en tiempos de Duarte. En millones de pesos.
2011 47.6
2012 9.4
2013 9,245.87
2014 14,047.10
2015 7,704.30
TOTAL 34,057.10
Sí, son millones de pesos. Treinta y cuatro mil y cachito.
Para quien no lo recuerde, 2013 fue el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto. El 2012 fue el último año de Presidencia de Felipe Calderón.
Entre el dinero “observado” en 2012 y el de 2013 por la Auditoría Superior de la Federación hay 98 mil por ciento de diferencia.
Es decir. Déjenme, por hoy, creer en los datos, antes de creer en lo que me cuentan en un café.
Lo que dice la Auditoría es que Javier Duarte se sintió comodísimo desviando dinero cuando llegó el PRI a Los Pinos.
Y que en Los Pinos y su gabinete —todos priistas— estuvieron cómodos con las desviaciones de Duarte, porque la Procuraduría —priista— no se inmutó y otros siguieron yendo a saludarlo felices, mientras el estado se caía a pedazos.
Nada se hizo contra Duarte hasta que una investigación periodística de Animal Político denunció una parte del abuso y, luego, el entonces candidato Miguel Ángel Yunes pusiera una denuncia frente a la fiscalía.
Duarte se supo cinco años priista, parte de la nueva generación, según el Presidente, y así actuó.
Nadie lo molestó. Todos disfrutaron.
Y puede ser, no sería raro, pero no hay documentos que prueben, al mero final, que Duarte le dio una lanita a Morena para que el PRI ganara y, entonces, siguiera protegido. Y luego hay dos tuits de López Obrador.
Tienen razón compañeros. Vamos sobre El Peje.
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