En un momento complicado de su presidencia, con bajas tasas de aprobación, Trump regresando a influir en el Partido Republicano con miras a las elecciones legislativas de noviembre y con problemas de inflación, Joseph Biden tuvo su discurso de “Estado de la Unión”.
El presidente de Estados Unidos comenzó su discurso con el tema de la invasión rusa a Ucrania, con la que ganó el aplauso de demócratas y republicanos, cosa que no es fácil de ver en esos eventos. De ahí pasó a los asuntos internos, entre ellos la inmigración.
Tuvo menos aplausos; los republicanos han retomado, al tono trumpiano, el asunto de los cruces fronterizos y legisladores, gobernadores y, por supuesto, Fox News, han regresado con la supuesta “invasión”.
Los minutos que Biden dedicó al tema son una señal de por dónde su gobierno intentará avanzar. Más allá de que evidentemente hay cosas inaceptables para los republicanos, y necesitan sus votos, hay otras en que si el gobierno mexicano ayuda, trabaja, cabildea, se podría avanzar. Trabajar allá, me refiero, lo de las peticiones en la mañanera no sirve de mucho.
Dijo Biden: “Y si queremos promover la libertad y la justicia, necesitamos asegurar la frontera y arreglar el sistema de inmigración. Podemos hacer ambas cosas. En nuestra frontera hemos instalado nueva tecnología como escáneres de vanguardia para detectar mejor el contrabando de drogas. Hemos establecido patrullas conjuntas con México y Guatemala para atrapar a más traficantes de personas. Estamos implementando jueces de inmigración dedicados para que las familias que huyen de la persecución y la violencia puedan tener sus casos escuchados más rápido. Estamos asegurando compromisos y apoyando a socios en América del Sur y Central para acoger a más refugiados y asegurar sus propias fronteras”.
Primero la mano dura. Luego la lista de deseos: “Proporcionar un camino hacia la ciudadanía para los dreamers, aquellos en estatus temporal, trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales. Revisar nuestras leyes para que las empresas tengan los trabajadores que necesitan y las familias no esperen décadas para reunirse.
No solo es lo correcto, es lo económicamente inteligente que hay que hacer. Es por eso por lo que la reforma migratoria es apoyada por todos, desde los sindicatos hasta los líderes religiosos y la Cámara de Comercio de los EU. Hagámoslo de una vez por todas”.
Esas son las pocas puertas, habría que empezar a ver si se abren.
@puigcarlos