Ayer hubo un momento muy revelador en la mañanera. No hay muchos así en ese ejercicio cotidiano.
Ayer le preguntaron al Presidente sobre uno de los resultados del hackeo de Guacamaya, el que habla de la posibilidad de crear una aerolínea que dependiera de la Sedena.
Dijo el Presidente: “No, pues sí saben las cosas, para qué se necesita estar espiando o escuchando o con sistemas de inteligencia. ¿Dónde salió eso de la empresa?”.
—Se desprende de Guacamayaleaks, del hackeo —respondió la periodista.
—Es cierto, es que es cierto, es cierto eso. Ah, ¿de ahí salió?
—Sí, del hackeo.
—Ah, no sabía. Sí, sí se está trabajando en eso, es la posibilidad de que se tenga un proyecto para contar con una línea aérea que maneje la misma empresa que va a tener a su cargo el Tren Maya y los aeropuertos, el Felipe Ángeles, el aeropuerto, que ya se inició, por cierto, la construcción del aeropuerto de Tulum, que es una buena noticia.
Hasta ahí lo de ayer.
Lo sucedido con el hackeo en la Sedena es un asunto de Estado.
Habrá cosas que por su relevancia política sean más escándalo que otras, y de eso habrá mucho. Pero también hay materiales que son asunto de seguridad nacional. Ya me ha tocado ver la información que tiene que ver con los esquemas del narco de Ciudad de México o en Sinaloa. ¿Quién tiene esa información? ¿Y la que no hemos visto?
Decía que lo de ayer es revelador y preocupante porque un hackeo de ese tamaño debería tener a todo el gobierno, no solo a la Sedena, revisando qué sabremos en los próximos días y semanas y cómo reducir el daño para cosas que importan, como a qué narcos dan seguimiento, qué amenazas de seguridad se ven beneficiadas con la publicación y actuar.
Es más entendible —que no justificable— que el Presidente niegue el espionaje a Ricardo Raphael, Raymundo Ramos y un periodista de Animal Político (aunque los mismos documentos de las Guacamayas lo confirman, además de los peritajes de varias organizaciones). Así como lo hará seguramente con los seguimientos a políticos que dio a conocer El País ayer. Seguro en todos esos terabytes hay asuntos que no son de mañaneras sino de la seguridad del Estado y la solidez de las instituciones militares, que no queremos de policías, pero son parte fundamental del Estado mexicano.
¿Quién le informa al Presidente? ¿En serio todo es por lo que ve en Twitter? ¿Alguien tiene una estrategia frente al hackeo?
Carlos Puig
@puigcarlos