Nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado, lo que provoca siete millones de muertes prematuras al año (ONU).
En México, mueren alrededor de 85 personas al día por la mala calidad del aire, ya que se le atribuyeron 31 mil fallecimientos en 2016. En las Américas, cada año mueren 300 mil personas de manera prematura por esta causa (CONEVAL y PNUMA).
La contaminación del aire es el principal riesgo ambiental para la salud humana, a pesar de que se podría erradicar para prevenir muertes y enfermedades. Además, representa un grave peligro para el medio ambiente y los ecosistemas (PNUMA).
Primero, los daños a la salud
La contaminación atmosférica puede incluir dióxido de carbono, dióxido de azufre, plomo, azufre, así como partículas finas PM2.5, que son tan pequeñas, que pueden entrar directamente en los pulmones y en la sangre. Todo esto puede generar enfermedades cardiovasculares, respiratorias, asma o infartos cerebrales (OMS y Greenpeace).
El aire contaminado es la causa del 24 por ciento de las muertes por enfermedades del corazón, del 29 por ciento de los fallecimientos por cáncer de pulmón y de la mitad de las defunciones por neumonía infantil (PNUMA y OMS, 02/05/18).
Segundo, desigualdad y vulnerabilidad
Alrededor del 90 por ciento de las muertes vinculadas con la mala calidad del aire, suceden en los países de escasos recursos, así como en las comunidades de ingresos bajos y medios en todas las regiones del planeta.
Más de la mitad de todas las defunciones por aire contaminado dentro de los hogares son de mujeres y niños. Entre otras razones, porque tres mil millones de personas en el mundo cocinan o calientan su casa con madera, carbón o residuos agrícolas (PNUMA).
El 93 por ciento de todos los niños y las niñas alrededor del mundo, es decir, mil 800 millones, respiran un aire tan contaminado, que está en riesgo su salud y crecimiento (ONU Cambio Climático).
Tercero, otros peligros
Cada año, 52 millones de toneladas de cultivos se pierden por la contaminación por ozono en el mundo, lo que genera pérdidas millonarias, así como problemas en el abasto de alimentos (PNUMA-ONU Noticias, 07/09/20).
El carbono negro, que se produce con la quema de combustibles, hace que se derritan más rápido los glaciares porque los oscurece y hace que absorban más calor. De igual forma, los gases de efecto invernadero aceleran el calentamiento global y los cambios drásticos en la temperatura mundial (PNUMA).
Nuestras actividades personales afectan el equilibrio ambiental, así que todos podemos hacer algo para mejorar la calidad del aire, desde apagar la luz cuando no la usamos, caminar lo más posible o usar la bicicleta, tomar el transporte público, hasta optar por las energías limpias. El aire se ha convertido en un asesino silencioso por nuestra culpa y está en nosotros hacer que las cosas cambien.