La violencia contra los animales no hay que minimizarla, más bien debe considerarse como un tema de seguridad pública y ciudadana. Por ello, en muchos sitios se le toma como un elemento a evaluar entre los menores delincuentes y como parte del análisis criminológico (Querol, 2012).
Alrededor de la mitad de los asesinos seriales maltrataron animales en su juventud, de acuerdo con estudios del FBI. A continuación veremos cómo se manifiesta en algunos contextos para dimensionar el riesgo que representa.
Primero, ¿cómo se vincula con el maltrato familiar?
De las mujeres que ingresaron a un refugio, 85 por ciento de ellas hablaron sobre incidentes de violencia contra las mascotas en su familia (McDonald, 2011).
En casi 90 por ciento de los casos en los que se registró abuso físico contra los menores, también sucedió con los animales (Conferencia-Querol, 14/11/13).
Cuando se es violento con las mascotas, estas agresiones se vuelven más comunes en el hogar, se va perdiendo la pena para ejercerla contra los más débiles y escala a otros integrantes de la familia, comenzando por los más vulnerables (Sin Embargo, 08/03/2016).
Segundo, repercusiones en los menores
Aquellos niños mayores de 10 años que intencionalmente son violentos con los animales, tienen hasta tres veces más posibilidades de haber sido víctimas de agresiones en algún momento de su vida (Health Day News, 17/07/2018).
Los actos repetidos de crueldad contra los animales en la niñez, pueden desarrollar una personalidad antisocial u otras conductas que lleven a la psicopatía en la juventud o en edad adulta (Criminología y Justicia, 02/07/13).
Casi la mitad de los violadores mostraron crueldad contra los animales durante su juventud y 36 por ciento comenzaron desde la niñez.
Tercero, un riesgo social
Quienes violentaron a un animal tienen cinco veces más probabilidades de ser arrestados por cometer agresiones contra personas.
Hay una correlación entre el maltrato animal y la psicopatía. Los que tienen la puntuación más alta en ese trastorno mental, son más sádicos y crueles, con niveles más altos de dolo (Entrevista-Querol, 2013).
De quienes maltratan a los animales, 85 por ciento son diagnosticados con el trastorno de personalidad antisocial, que se vincula con conductas violentas o con quebrantar la ley.
Siete de cada 10 personas agresivas con los animales han cometido al menos otro delito y cuatro de cada 10 han realizado crímenes violentos contra otras personas.
Debemos tomar conciencia sobre el peligro que representa el maltrato animal y la necesidad de sancionarlo sin miramientos porque es el preámbulo para otros delitos, para más violencia y agresividad.
@carlosjguizar