A diario nos saturan con cientos de noticias, especulaciones y fake news sobre un presente incierto y de un futuro que lo es todavía más. Los cambios y la incertidumbre pueden provocar estrés y afectar nuestro bienestar, más aún, con el distanciamiento social por el Coronavirus (Covid-19).
La salud mental no debe minimizarse y menos ahora que están tan presentes las tres fuentes de sufrimiento que estableció Sigmund Freud: el deterioro y la fragilidad del cuerpo; las catástrofes naturales que no controlamos y las relaciones personales inadecuadas (Gray y Stea, 2012).
Primero, lo que puede causar
En buena parte, la ansiedad empieza con la preocupación ante la incertidumbre y al esperar que suceda algo, solo que en vez de ser personal, con el Covid-19 se vuelve global (BBC, 17/03/20).
Junto con el aislamiento, este contexto estresante e inestable puede generar depresión; sentimientos de culpa; ansiedad; miedo a no tener suministros; temor por la salud propia y la de los demás; nerviosismo por perder el empleo o quedarse sin dinero (American Red Cross, 20/03/20).
Se pueden presentar cambios en el sueño y en la alimentación; dificultad para concentrarse; recrudecimiento en los problemas de salud crónicos; complicaciones emocionales o de salud mental; así como mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas (CDC).
Segundo, el mundo virtual
Las redes sociales y el internet se han vuelto nuestro principal vínculo social durante el aislamiento, permitiendo relacionarnos con los demás y trabajar de manera remota aunque igualmente pueden causarnos estrés.
Los medios virtuales y las redes sociales nos ayudan a estar conectados, pero también pueden ser disparadores de ansiedad por tanta información y por creer todo lo que encontramos o nos envían (France 24, 21/03/20).
Tercero, algunas recomendaciones
El Covid-19 cambió nuestro estilo de vida. Establecer rutinas, horarios y actividades diarias nos dará cierta sensación de control y certidumbre. Nos ayudará a despertar temprano y a no tener afectaciones en el sueño, que inciden en el humor (Forbes, 08/04/20 y BBC, 07/04/20).
Estemos conectados con los demás y en redes sociales, pero tampoco en extremo porque puede provocar un estado de alerta y desesperación. Hay que darse un respiro en el día para despejarse.
El ejercicio, meditar, leer o aquellas actividades que mantengan ocupados a nuestra mente y cuerpo nos harán sentir mejor. Puede ser una oportunidad para comer más sano y bajarle al cigarro o al alcohol, que se relacionan con las complicaciones ante el Covid-19.
El mundo no será igual, pero no sabemos cómo cambiará ni cuándo terminará esta crisis. Tomémoslo día por día, tengamos pensamientos positivos y aprovechemos para apoyar a quienes lo necesitan porque no solo se trata de uno mismo sino también de los demás.
@carlosjguizar