El Grupo Teatral Tehuantepec cumple 34 de edad y su director y dramaturgo Marco Pétriz regresa con furia después de dos años de pandemia. Una apuesta radical donde las mujeres se sublevan a la injusticia: no más prostitución, trata de niñas, secuestro, violación y muertes. Hasta asesinadas despiertan de sus tumbas para vengarse. Hablando con ellas es una tempestad de emociones y razones para que hombres aprendamos el daño que hemos causado por el mal hábito del patriarcado.
Casa de Ensayo es el lugar al que religiosamente van actores y actrices a trabajar puestas escénicas, a tomar clases, al ritual del aprendizaje, a donde el público del Istmo de Tehuantepec acude a las funciones de Hablando con ellas para conocer la historia de Piel de Ángel/Gabriela Martínez, violada en su infancia, que termina en la prostitución y que, en edad madura, a fuerza de conciencia procura la salvación de una niña forzada a trabajar en el burdel, interpretada de forma natural por Zoe B. Peto Gómez. Pero la Tía More/Azucena Desales no permitirá que le arrebaten el poder del congal que gobierna junto al Teniente/Hugo Ramírez. El desenlace es surreal…
El público resiste las tragedias. Pétriz tiene años acostumbrado a tratar temas difíciles en comunidades donde el plato del día es la violencia de género, la homofobia, la falsa aceptación de muxes; en obras donde observamos que el creador de sueños está cada vez más lejos de leyendas como “La Llorona” y muy cerca de la cruda narcoviolencia por décadas. Basta de complacencias. Tengan para que aprendan. Conciencia o idiotez en una vida donde tomar partido es la única opción. Nadie debiera ser ajeno a sucesos contra mujeres.
Ir a Tehuantepec a presenciar semejante trama cuando está tan cerca el mar de Huatulco, vale la pena. Sirve más la dosis de resistencia que playa con una cerveza a la mano. Pétriz es reacio a llevar su teatro a la Ciudad de México pero deberíamos insistirle porque sus propuestas son mejores que en nuestra cartelera. Es un potro salvaje que a sus ya más de 50 años tiene la piel curtida contra la vanidad y prefiere enseñar en comunidades donde surgen talentos que, como la magistral Martínez, lo acompañan en su trayecto.
He dicho.
Braulio Peralta