El cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado de visita en México, es uno de los serios aspirantes para suceder al Papa Francisco. La realidad no estaría muy lejana de la película de Netflix, Los dos Papas, estrenada en 2019. En el filme, el pontífice renunciante, Joseph Ratzinger, elige de antemano a su sucesor Jorge Mario Bergoglio. La mano de Dios mece la cuna del cónclave en 2013 y Benedicto XVI se convierte en el gran elector.
Maniobraría para que fuera ungido el jesuita arzobispo de Buenos Aires. La película abrió desde la ficción un abanico de simulacros y nuevos juegos de poder, sobre la posible sucesión del Papa Francisco que ronda los 84 años y a pesar de gozar de buena salud, no ha descartado renunciar al pontificado como lo hizo Ratzinger. Él lo ha anunciado: renunciaría cuando sienta que sus fuerzas se debilitan.
El cardenal Parolín es un experto en política internacional y es señalado por diversos vaticanistas como uno de los candidatos naturales a ocupar la silla pontifical. En la tradición de los cónclaves, los secretarios de Estado fueron candidatos al pontificado. Así sucedió con Eugenio Pacelli, Pío XII, electo en 1939 y Giovanni Battista Montini, Paulo VI, electo en 1963.
Existe un número cada vez mayor de cardenales que confiaría en Parolin para gobernar la Iglesia después de la tormenta desencadenada por el Papa argentino. Éste mantendría el espíritu de renovación, pero corregiría los excesos que incomodan al ala conservadora de la Iglesia.
Sin duda Pietro Parolín ha demostrado tener el carácter y la destreza para manejar expedientes humeantes como las relaciones con el gobierno de China, Vietnam, Rusia y Venezuela. El vaticanista Sandro Magister dice: “Parolin tiene un perfil de pastor, con una sólida formación teológica, que es raro encontrar en un diplomático de gran valía”. Sus incursiones sagaces en Moscú y China han sido una prueba clarísima de su pericia.
Frente a las propuestas de cardenales conservadores, ultraconservadores y progresistas, la figura de Parolín emerge como la candidatura del consenso. No es mal más visto por los antibergoglianos pues tiene la capacidad de dialogar y goza del respeto de los progresistas.
Este lunes visita el Palacio Nacional en desayuno con el presidente López Obrador. Su objetivo es reposicionar la Iglesia Católica en México. Sobre todo ante los coqueteos de AMLO por los evangélicos pentecostales. Sin embargo, el mayor objetivo es un frente común ante EUA. Geopolítica vaticana; se lo cuento después.
Bernardo Barranco
