Los electores deseaban un cambio y este domingo se concretó. Por primera vez una mujer gobernará una de las entidades más complejas. Nuestra entidad vivió una jornada que va más allá de la elección por la gubernatura pues el resultado, sin duda, modificará el tablero del poder en el país.
Delfina gana a secas, pero con amplio margen. Morena se consolida como el nuevo partido hegemónico en el país. El resultado de este domingo 4 de junio es un severo golpe para el PRI. El alto nivel de abstención obliga a repensar narrativas. El tricolor tendrá por delante un viacrucis, pues la tesitura ahora es diferente: deberá desarrollar una estrategia de sobrevivencia. Se concluyen 94 años de poder priista, un modelo político agotado, por tanto, se abre una nueva página en la historia del estado.
Los reflectores mediáticos se centraron como nunca antes en las elecciones del Estado de México. Ha sido la elección más vista y más seguida por el país y en el extranjero. Alejandra fue una candidata esforzada pero no le alcanzó para entusiasmar al electorado. El sello del PRI sepultó sus pretensiones. Con la derrota, la coalición Va por México tendrá que redelinear a fondo sus estrategias. La correlación del poder se ha movido en el país. AMLO es el verdadero triunfador
Más allá de los números de ventaja, las encuestas reflejaban que de cada 10 mexiquenses 7 querían un cambio. Hay cansancio del PRI, con esta alternancia esperemos florezca una nueva cultura política.
Delfina gana con el voto popular de un electorado desencantado. Pese a las maniobras de los operadores políticos priistas y morenistas, triunfó la voluntad para edificar nuevas construcciones sociales. No hubo mal que durara 100 años porque el cuerpo social no lo aguantó. El grupo Atlacomulco tendrá que buscar otro paraíso para hacer negocios con la política y articular el poder con el dinero.
La alternancia que representa la maestra Delfina Gómez será un proceso complejo y conflictivo. No se trata de una un cambio de estafetas sino la mediación de una nueva cultura política. Se avizoran cambios y reacomodos profundos en los estilos y los usos del poder. No basta la alternancia porque no es solo la sustitución de un poder por otro. El Estado de México debe aspirar una transición, apostar por mayores niveles de democracia, de participación ciudadana, de florecimiento de la sociedad civil y de libertad de expresión plena en los medios.
