Un día la tierra cambió. Las noticias nos alcanzaron a todos, como individuos, como sociedad; la pandemia nos unificó nuevamente como mundo y nuestras realidades se alteraron: las preguntas fueron diversas, la expectativa se modificaba continuamente y la incertidumbre se hizo cotidiana.
Después del golpe inicial, desde mi labor en la función pública, me enfrenté a una serie de preguntas derivadas del caos que implicó el paro total de nuestras actividades. El trabajo en equipo nos permitió plantear propuestas enfocadas en amortiguar, inicialmente, las afectaciones laborales en el ámbito cultural que derivaron del distanciamiento físico que exigía la pandemia por COVID-19. Así surgió el programa Cultura y Salud de la Universidad de Guadalajara que consiste en seis iniciativas concretas: la programación digital y creación de nuevas ventanas, el apoyo a artistas afectados por la emergencia sanitaria, el Fondo de Apoyo Emergente para las Artes, la generación y programación de contenidos culturales para el fomento de la salud, el análisis para el fortalecimiento del ecosistema cultural, y recientemente, las medidas para la reactivación de los espacios culturales de la UdeG.
Observar las repercusiones de haber perdido aquello que era nuestra cotidianeidad, es decir, la comunidad creativa en escenarios, museos y foros para ofrecer propuestas artísticas y culturales, me condujo a repensar en la importancia del valor humano de las artes y la cultura. Las artes convocan nuestra humanidad, la cultura nos integra y cohesiona.
Es por ello que hoy, como agentes creadores y gestores, queremos volver, queremos reactivar la vida social a través de la cultura y las artes. Después del largo confinamiento en el que vivimos por la pandemia y ante el regreso a la denominada “nueva normalidad”, necesitamos, como sociedad, reencontrar nuestro sentido como seres humanos, reconectarnos y revalorar la importancia del cuidado y respeto a los demás. Podemos enfrentarnos a nuestros miedos y reconocer nuestras esperanzas o deseos a través de la creación e interpretación de artistas: permitirnos trastocarnos para reencontrarnos. Así las actividades artísticas y culturales se convierten en un medio para reconstruir el tejido social.
Por todo esto, creo firmemente en la importancia de una reactivación cultural que nos permita generar comunidad, que no se enfoque en un público mediante la masificación de espectáculos si no que emancipe al espectador y empodere al gremio artístico; aquella que abone a la reconstrucción de una sociedad que requiere reconocerse en el otro. La cultura es un agente fundamental para enfrentarnos a nuestras nuevas realidades.
En este sentido, tenemos el compromiso de reflexionar para construir renovados discursos y poéticas que se encaminen a comprender y asumir las dinámicas sociales de hoy. Con esta obligación en mente, desde la Universidad de Guadalajara hemos convocado, en este periodo pandémico, a mesas de trabajo y de diálogo con la participación de creadores e intérpretes jaliscienses. Estos encuentros son necesarios para ofrecer foros donde dialoguen diversas voces; es así que, considerando que falta aún escuchar respuestas y propuestas surgidas desde las regiones y estados, próximamente tendremos un espacio para ellas.
Si bien es cierto que la cultura no se genera totalmente desde las instituciones, tenemos la obligación de fomentarla e impulsarla generando plataformas donde sociedad y artistas puedan crear y dialogar, donde a través de su interacción se fomente la cohesión social, sobre todo en esta crisis sanitaria y económica donde la esperanza para recuperarnos está en nuestra adaptación y replanteamiento de nuestros valores.
Hoy más que nunca, desde la cultura, tenemos que hacer un llamado a la responsabilidad, el respeto y la solidaridad entre ciudadanos, entre organizaciones públicas y privadas. Hoy más que nunca convoquemos nuestra humanidad.
@Lozadaigor
*Ángel Igor Lozada Rivera Melo, Coordinador General de Extensión y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara