El primer gesto de la era Sheinbaum se asomó veladamente hace algunos días.
La virtual Presidenta de México, la primera mujer en la historia, la más votada detuvo titánicamente a la aplanadora legislativa de la Cuarta Transformación y de una forma políticamente correcta, pero consistente, les pidió tranquilidad ante el ímpetu de las hordas morenistas.
Resulta que los diputados de la 4T anunciaron que la nueva mayoría legislativa electa el pasado domingo dos de junio debutaría en septiembre con la reforma al Poder Judicial que entre otras cosas contempla elegir a los ministros de la Corte y eliminar al INE para imponer la creación de un nuevo instituto, mismo que garantizó el proceso vivido hace apenas algunos días y que le ha garantizado el triunfo al propio López Obrador y a su ahora sucesora Claudia Sheinbaum.
A hoy, Jueces y Magistrados son designados por el Poder Judicial y confirmados por el Congreso, mientras que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son nombrados por el Senado y la nueva mayoría calificada pretende que esos mismos puestos sean electos en las urnas, la gran pregunta es ¿Los mexicanos estamos calificados para designar a personajes con tal nivel de responsabilidad?
A hoy, existe un órgano electoral que es el INE, autónomo y a la par hay institutos estatales independientes y ahora la aplanadora guinda quiere constituir el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas que absorbería al organismo central y a sus aliados en los 32 estados ¿Para qué? Es tan mala su operación, está tan contaminado, a pesar de que las últimas dos elecciones le ha validado los triunfos a Morena en todas sus tesituras, tantos años invertidos, tantos recursos, tantos pensadores y creadores que han generado un código que considero sólido y de avanzada, para qué.
Quieren desaparecer el INAI, el Instituto de Telecomunicaciones y las Comisiones de Competencia, de Energía y de Hidrocarburos.
Por qué mejor no pensar en recomponer el sistema de salud tan deficiente en el país, es más importante para los nuevos diputados de Morena y sus aliados "bofetear" las instituciones que dar batalla a la delincuencia organizada que tiene al país en "jaque", sí, es más soberbio y por supuesto más popular, pero encima de ello, Sheinbaum en un tono muy medido detuvo a la maquinaria y replanteó:
No está definida la aprobación de estas reformas y que deberán esperar al diálogo para procesarlas.
Se trata de un acto valiente, concienzudo y digno de una jefa de estado mesurada.
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