Política

Mártires del periodismo

Yo no creo en los mártires del periodismo y pienso que es verdaderamente lamentable lo que está pasando con algunos colegas que están perdiendo sus posiciones tanto en televisión y radio como en medios impresos y digitales.

No se vale engañar a las audiencias atribuyéndole al gobierno en turno o al que va a entrar, que te despidan.

Eso es mentir, manipular, alimentar el odio y, lo más patético, un muy claro indicador de narcisismo, de egolatría, de vanidad.

¡Ahora resulta que eres tan importante que tu presencia en un programa que no ve nadie no deja dormir a Andrés Manuel López Obrador!

¡Ahora resulta que como a Claudia Sheinbaum le sobra el tiempo y como no tiene otra cosa en qué pensar más que en tus poderosísimas opiniones, a la señora le urge que te callen!

Se mire por donde se mire, es enfermo, un engaño y una ofensa para el resto de los reporteros, analistas, editores, directivos y conductores.

Dejemos de romantizar al periodismo. Éste es un trabajo como cualquier otro. No tiene nada ni de poderoso, ni de trascendente ni de estelar.

Vas, haces tu chamba y te pagan. Y al igual que como sucede con cualquier trabajador de cualquier empresa o institución, sin importar trayectorias, jerarquías ni nada de nada, un día te corren.

No alcanzo a entender si fueron los libros, los superhéroes o las películas los que le hicieron creer a las audiencias que los periodistas eran figuras épicas que merecían un trato especial.

Pero no es cierto que el mundo se acabe cuando termina un noticiario, cuando sustituyen a un presentador o incluso cuando desaparece un periódico entero.

Tampoco que una columnista sea una estrella, que lo que dice un locutor quede grabado en cintas de oro para la posteridad o que esto sea el cuarto poder.

Hubo una época, sí, en la que existió la censura pero a estas alturas del siglo XXI todo es diferente.

Si a usted lo corren cuando hay un cambio de administración, cuando hay recortes de personal o cuando se le acaba el contrato, a los periodistas también.

Si a usted la corren por prepotente, por impuntual, por presentarse en estado inconveniente o por hacer mal su trabajo, a los periodistas también.

Si a usted lo corren por grilla, por no caerle bien a su jefe, por alterar el clima laboral o por no saber trabajar en equipo, a los periodistas también.

Si a usted la corren por carera, por corrupta, por no dar resultados, por no comprobar sus gastos o por tener una mala actitud, a los periodistas también.

Y al igual que pasa en la iniciativa privada, en la función pública, en el campo y hasta en el hogar, hay despidos justificados y despidos injustificados y ahí es donde entra la ley, no el escándalo.

A esto me refiero cuando le digo que lo que hemos estado viendo en los últimos días, sobre todo en las redes sociales, es una ofensa para el resto de los reporteros, analistas, editores, directivos y conductores.

Somos muchas y muchos los periodistas que hemos perdido nuestros empleos una, dos, mil veces. ¿Y quién se ha encargado de apoyarnos? Nadie. Al contrario, nos han vetado, amenazado, cerrado las puertas. ¡Todo!

Ah, pero claro, como ni nos hemos hecho los mártires ni le hemos servido a la oposición para hacerle ruido al gobierno, al carajo con nosotros.

¿Por qué al carajo con nosotros y con ellas y con ellos, no? ¿Acaso esa gente es superior? ¿Valen más? ¿Por qué? ¿Por qué valen más? ¿Porque se creyeron el cuento de que eran “el círculo rojo”?

Si quieres conservar tu empleo, haz bien tu trabajo, cobra lo justo, da resultados, actualízate y ten siempre la mejor actitud. No te pongas de pechito para que la gente se dé cuenta de todo lo malo que llevas dentro y termine por darle la razón a los que te corrieron.

Y no, esta columna no está dedicada a una mujer o a un hombre en particular. ¡Son muchas! ¡Son muchos! Dignidad, colegas. ¡Por favor! ¿O usted qué opina?


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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