Esperé mucho para que llegara este momento: “Señora influencer” ya está en “streaming”. Usted, el mundo entero y yo, ya la podemos gozar en Prime Video.
Le juro que es una de las películas más divertidas, inteligentes, siniestras y alucinantes que se han hecho en la historia de este país, y yo diría que Iberoamérica entera, en los últimos años.
Por lo que más quiera en la vida, no se deje llevar ni por el poster, ni por el tráiler ni por los resúmenes que aparecen en línea. Esto va por otro lado y es justo lo que todo el mundo dice después de verla.
Comenzaré por los nos. “Señora influencer” no es una comedia romántica. “Señora influencer” no es el típico contenido que pretende criticar a quienes suben materiales a las redes sociales.
“Señora influencer” no es una película boba. “Señora influencer” no es lo mismo de siempre.
¿Entonces qué es? Se la voy a describir así para no venderle trama: ¿Se acuerda usted de “Parásitos”? Era una joya del cine coreano tan buena, tan diferente y tan revolucionaria que hasta le ganó a las películas de Estados Unidos en el Oscar.
Su característica era que comenzaba de una manera, en un género, en un tono y, como la vida misma, iba cambiando, iba mutando, hasta rematar en algo increíble.
“Señora influencer” es exactamente lo mismo, pero en español y funciona para México, pero también para Argentina, España, China y Sudáfrica.
Es la historia de nuestras vidas, de nuestros sueños, de nuestras carencias, de nuestros horrores. Todo esto puesto en pantalla a partir del fenómeno digital.
Pero podría ser exactamente igual con cualquier otro recurso, a partir de cualquier otro pretexto. Ahí está la grandeza de este guion alucinante, magníficamente dirigido por Carlos Santos, el genio detrás de “Chilangolandia”.
Lo que más llama la atención es que el punto de partida es el humor y eso, a diferencia de la mayoría de lo que de este lado del mundo entendemos como cine independiente, convierte a “Señora influencer” en una experiencia transversal.
¿Qué quiere decir esto? Que la puede disfrutar, entender y apreciar lo mismo el espectador que sólo mira propuestas de entretenimiento puro que el más exigente de los críticos, de ésos que terminan siendo jurados en los festivales internacionales.
Le suplico que se fije en los detalles, en esos elementos que aparentemente no dicen nada pero que conforme va evolucionando la trama, adquieren un valor fundamental como los globos y las “cancioncitas”.
Obviamente esta maravilla no sería lo mismo sin la actuación de Mónica Huarte.
Estamos de acuerdo en que Mónica ha cambiado la historia de la publicidad, del teatro musical y de mil cuestiones más en nuestra nación, pero algo pasaba que el cine no le había hecho justicia.
Su creación de Fati Ferri, la protagonista de “Señora influencer”, es simple y sencillamente magistral, la confirmación de su grandeza. Mañana se la van a llevar a Hollywood (una vez más).
Es lo máximo y se lo voy a resumir con esta frase: Fati Ferri es para Mónica Huarte lo que Hannibal Lecter para Anthony Hopkins. Así, de ese tamaño.
Y, de hecho, hay gloriosos vasos comunicantes entre Fati y Hannibal. En serio. Esta película es un orgullo de México.
Qué pena que, por todas sus innovaciones, quienes diseñaron la parte publicitaria cuando esto estuvo en las salas cinematográficas, no se la supieron vender bien a las multitudes porque esto pudo haber sido un cañonazo igual o superior que “Nosotros los nobles”.
Esperé mucho para que llegara este momento. Luche con todas sus fuerzas por ver “Señora influencer” en Prime Video. Le va a gustar. De veras que sí.
