Espectáculos

'Tierra de esperanza' y 'La golondrina'

Anoche se estrenó, en Las Estrellas, “Tierra de esperanza”, la más reciente producción de José Alberto Castro (“La desalmada”). Obviamente va a ser un éxito, pero, además, viene cargada de notas.

Uno: el punto de partida de este melodrama inspirado en el formato colombiano-estadounidense “La tormenta” es la Ciudad de México, pero ahí no se llama Ciudad de México. Se evitan los lugares emblemáticos y el lugar se llama Ciudad Capital.

Habrá que ver más capítulos y tratar de entender las razones porque esto pudiera llegar a tener hasta implicaciones políticas. Si no me cree, pregúntele a la Comisión de Filmaciones de la Ciudad de México.

Dos: tal y como pasó con “Cabo”, el señor Castro convocó a un reparto que viene de muchos lugares creando un aire de novedad bastante refrescante.

Es muy buena noticia ver, ahí, por ejemplo, a la fabulosa Carolina Miranda de “Señora Acero”. Esa mujer nació para hacer televisión. Las cámaras la aman. Es perfecta.

Y tres: “Tierra de esperanza” le da continuidad a lo que “El amor invencible” dejó abierto. Es un tipo de telenovela muy tradicional, muy a la mexicana, pero que entre suspiro y suspiro toca temas escabrosos y juega con las técnicas audiovisuales.

“Tierra de esperanza” es muy como “La dueña”, la historia de una mujer de la ciudad que, por diferentes circunstancias, termina yéndose al campo para acabar de empoderarse, rescatar lo que es suyo y vivir una apasionante historia de amor.

El reparto está lleno de primerísimas figuras como Luz María Aguilar, Nuria Bages y Alejandro Tommasi, pero también de enormes talentos como Andrés Palacios, Luis Roberto Guzmán y Daniel Tovar.

No pierda de vista a Sofía Castro, a Mariana Seoane ni a Martha Julia. Llámelo instinto pero estoy convencido de que aquí van a pasar cosas que van a mover mucho a las audiencias tanto en los “ratings” como en las redes sociales.

Y es que la fórmula de la telenovela tradicional a la mexicana está aplicada con maestría justo cuando el público de Las Estrellas está más ansioso de ver esto sin dejar de sentir, específicamente en ese horario, que está sintonizando algo tan especial que merece ser visto también en un sistema de distribución de contenidos en línea como VIX.

Si a usted, como a mí, le gustan las telenovelas, ya la hizo. ¿A poco no?

IMPERDIBLE

Esta puesta tendría que ser una obligación para todos. ABY REYES
Esta puesta tendría que ser una obligación para todos. ABY REYES

“La golondrina” es la obra del año. Punto. ¿Por dónde quiere que empiece? ¿Por el texto? ¿Por las actuaciones? ¿Por la respuesta del público?

Esta puesta en escena tendría que ser una obligación no sólo para la comunidad LGBT sino para todos los padres de familia del país.

Todavía no puedo creer la inteligencia, la elegancia, la emotividad.

Porque va mucho más allá de lo que estamos acostumbrados a ver cuando se trata de una obra sobre diversidad sexual. Es un espectáculo que explica, que ayuda, que reconforta.

No es que se ponga a favor o en contra de la homosexualidad. Es que consigue que se entienda lo que piensan y lo que sienten los que no saben nada y los que saben todo de esto.

Y en medio de lo que le estoy diciendo, se trata de un espectáculo muy entretenido, con humor, con suspenso.

No sabe usted qué calidad de texto del dramaturgo catalán Guillem Clua (el guionista de “Smiley”).

No le voy a vender trama porque sí es muy importante que cuando esté ahí, se sorprenda. Sólo le diré que tenemos a una maestra de canto y a un muchacho que quiere aprender a cantar.

Y todo está muy normal hasta que aquello crece, crece y explota prodigiosamente.

Yo fui a verla por dos razones: Margarita Sanz y Óscar Uriel.

Margarita es una diosa del teatro. Verla es un honor. Si ella está ahí es por algo. Y no me equivoqué.

Oscar, el productor, es garantía. No le conozco nada que me haya decepcionado.

Al contrario, confieso que me he vuelto adicto a varias de sus obras.

Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, me tocó ver esto con Alejandro Puente y todavía no doy crédito del talento de este hombre.

¿Sabe usted lo que es batirse en un duelo actoral con Margarita Sanz y alcanzarla?

Sí estamos hablando de algo muy grande, tanto que, como pocas veces en mi vida, la gente en el teatro no paraba de llorar.

Margarita y Alejandro se nos metieron en el alma. Fue muy mágico y, por increíble que suene, positivo.

Yo creo que por eso esta obra funciona, porque va exactamente por donde no va nadie más cuando se habla de estos temas: por el lado de la luz. Felicito a su director, Alonso Íñiguez (Sexo, pudor y lágrimas 2”).

Germán Bracco (a quien he elogiado en muchas ocasiones) alterna funciones con Alejandro. Luche por verla. Está en el Teatro Milán.


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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