¡Qué cosa tan más hermosa los Premios Ariel 2023! ¿Por qué? Porque fue una ceremonia digna, justa, valiente y jalisciense.
La unión de estos cuatro adjetivos crea un auténtico retrato de lo que es el cine nacional en 2023.
La unión de estos cuatro adjetivos, insisto, crea un auténtico retrato de las mujeres y los hombres del México de hoy.
Por eso amo a la Academia de Artes y Ciencias cinematográficas. Por eso amo al cine mexicano. Por eso amo el Ariel.
¿A qué me refiero cuando hablo de una ceremonia digna? A que los responsables de esta premiación tal vez no gocen de los recursos que gozan en Hollywood, Londres o Madrid para entregar estatuillas, pero aun así, lo consiguieron.
Y no sólo lo consiguieron, lo hicieron bien, con los mejores talentos, en un escenario hermoso, reconociendo a quien se tenía que reconocer, diciendo lo que se tenía que decir. Excelente conducción de Fátima Molina y Alfonso Herrera. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Mil veces bravo!
¿Qué le trato de decir cuando hablo de justicia? Que aquí, en contraste con otros premios, nadie le hizo el feo ni a los que triunfan en el extranjero ni a los que hacen negocios con las plataformas.
Fue divino verlas a ellas, verlos a ellos, y ver, en la más absoluta igualdad de circunstancias, a las nuevas creadoras, a los nuevos creadores, a los que todavía no son famosos, a los que sólo se pueden defender con su trabajo. ¿Quién más hace esto? ¡Sólo el Ariel! ¡Felicidades!
¿Por qué califico esto como una ceremonia valiente? Porque se necesitan muchos pantalones para plantarse ahí y hablar, sin filtros, de lo que le pudo haber pasado a esa fiesta, de lo que sucedió en la Suprema Corte de Justicia y de las próximas elecciones.
Si yo fuera Claudia Scheinbaum, Xóchitl Gálvez, Eduardo Verástegui o cualquier otro político en la ruta electoral, analizaría con detenimiento el discurso de Leticia Huijara y las palabras de Daniel Jiménez Cacho, y me sensibilizaría sobre el clima que hay en este momento en nuestra comunidad cinematográfica. Sin el cine, no se puede ganar.
Hablemos ahora de lo jalisciense. Sí es histórico que el Ariel haya salido a Guadalajara, pero lo es todavía más que el Ariel haya reconocido a la cultura de ese estado, que haya premiado hasta a la Universidad Autónoma de Jalisco y que haya mostrado tantos materiales de tantas aportaciones locales.
Quiero aprovechar este espacio para felicitar a las mujeres y los hombres de JaliscoTV (mi amado C-7), la televisora pública de esa entidad federativa, porque jamás se habían encargado de una premiación como ésta, porque, como vieron, el Ariel tiene peculiaridades tonales muy difíciles de convertir en televisión, y porque sacaron la casta para orgullo de toda la nación.
Le suplico que mire el testigo de la ceremonia en YouTube y estudie los mensajes que hay detrás de cada una y de cada uno de los que recibieron un premio ese sábado 9 de septiembre.
Ahí, en el majestuoso Teatro Degollado, pasaron cosas importantes.
Y es en este punto donde yo quisiera reconocer el trabajo de mi compañera Ivett Salgado de Milenio Televisión porque fue una de las pocas periodistas que cubrió esto no desde la perspectiva de un crítico de cine sino desde la de un periodismo abierto, para todos, en equilibrio.
¡Qué cosa tan más hermosa los Premios Ariel 2023! Fue una ceremonia digna, justa, valiente y jalisciense. ¿O usted qué opina?
POR ÁLVARO CUEVA
