Se lo aviso desde ahora para que lo agende, para que le avise a su familia, para que lo comparta con sus contactos.
Mañana miércoles 13 de marzo se va a estrenar, en Universal+, la temporada dos de “Señorita 89”.
Tuve el gran honor de ver esto con anticipación y lo menos que le puedo decir es que se trata de una de las mejores temporadas de una de las mejores series que se han hecho en la historia de México.
¿Por qué? Por lo que dice, por su reparto y por sus valores de producción.
Universal+ se acaba de anotar un cañonazo más su larga lista de éxitos que, como usted sabe, no sólo se pueden ver de manera tradicional en los diferentes sistemas de televisión de paga que tenemos en México. ¡Está la App!
Por favor pregúntele a su proveedor de cable, de antena directa al hogar o a PrimeVideo.
A mí, lo que más me llena de orgullo, es que se trata de una serie hecha en nuestro país. Es maravilloso ver a nuestras estrellas, en igualdad de circunstancias, al lado de personajes tan icónicos como el oso “Ted”.
En el remoto caso de que usted no lo sepa, “Señorita 89” es una serie de época profundamente adictiva que, mientras nos está emocionando con cualquier cantidad de intrigas y aventuras, pone sobre la mesa conflictos particularmente valientes, historias de “terror” que tienen que ver con los concursos de belleza.
La temporada dos de “Señorita 89” se desarrolla en los años 90 y aunque le da perfecta continuidad a lo que pasó en la primera temporada, cuenta su propia y escalofriante historia.
¿Qué historia? No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia pero tiene que ver, entre muchas cosas más, con “La guerra de las televisoras”. ¿Se acuerda?
Cualquier cosa oscura que le hayan dicho sobre este momento en la historia de nuestra televisión es nada en comparación con lo que se presenta en esta producción de Juan de Dios Larraín (“La memoria infinita”, “La jauría”) y Pablo Larraín (“Prófugos”, “El conde”).
Y es que no es lo mismo leerlo, escucharlo u observarlo en un documental, que verlo dramatizado. ¡Es mucho muy fuerte! Y está todo: la cosificación de la mujer, el acoso, los programas de chismes, los abusos, las exclusividades.
Qué pantalones los de las escritoras Lucía Puenzo, María Reneé Prudencio y Tatiana Merenuk que, además, son mujeres.
Este paquete de capítulos es exactamente el tipo de contenidos que el gobierno y los canales de televisión hubieran censurado en el pasado y no sólo eso, sus responsables hubieran sido castigados de por vida.
¡Tremenda! La nueva temporada de “Señorita 89” está tremenda y le va a ayudar a entender por qué tenemos la realidad que tenemos ahora.
El reparto tiene, por supuesto, a las estrellas originales de este concepto como Ilse Salas, Juan Manuel Bernal y Ximena Romo, más la participación de figuras amadísimas y respetadísimas como Dolores Heredia.
Todas y todos están espléndidos. Lo que Ilse Salas logra es enloquecedor. Juan Manuel le podría estar dando vida al villano del año. Ximena esta soberbia, más si consideramos que viene de algo radicalmente opuesto como “Los Artistas”. Dolores crea algo mil veces más rudo que los tatuajes que le pusieron.
Pero las que se llevan la temporada son Natasha Dupeyrón y Leidi Gutiérrez. ¡Qué tamaño de actrices! ¡Las amé! Las felicito.
Y felicito a toda la gente que está detrás de esto a nivel dirección, música y arte porque lo hicieron excelente.
Luche con todas sus fuerzas por ver mañana el estreno de la segunda temporada de “Señorita 89” en Universal+. Luego no diga que no le avisé con tiempo. Le va a gustar. De veras que sí.