Que no le digan, que no le cuenten. El Veintidós no sólo ha renacido. Está mejor que nunca.
Si usted no lo pone, si usted no lo sigue en redes, en serio, está cometiendo un gran error.
Para que me entienda, le voy a explicar: lo que antes conocíamos como Canal 22 era una señal que trabajaba para una comunidad dizque artística, dizque científica y dizque cultural que ni siquiera veía la televisión.

Dicen los opinadores que por supuesto jamás se “rebajaron” a sintonizar bien esta frecuencia, que Canal 22 era buenísimo cuando cubría el Cervantino.
¡Pues qué cree! En este momento, con Claudia Sheinbaum, en el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, con un “austeridad republicana” que duele, El Veintidós está cubriendo todo, absolutamente todo el Festival Internacional Cervantino.
No mandó a una pareja de reporteros a hacer notas. ¡No! Mandó a un ejército de profesionales de la televisión.
Desde productores y directores hasta camarógrafos y sonidistas pasando por conductores, reporteros y toda clase de representantes de todos los oficios del quehacer mediático.
Y no los mandó solos. Los mandó con equipo. ¡Con fierros! Y no los mandó a hacer notas. Los mandó a crear, a producir, a transmitir en vivo, a resolver. ¡A hacer la mejor televisión cultural de todo México!
¿Y dónde están los elogios? ¿Y dónde están los reportes de esas personas que juran que están preocupadísimas por la cultura en nuestro país?
Ver las transmisiones del Cervantino de este año en El Veintidós (además de lo que se hace para el noticiario “Culturas 22”) es una experiencia maravillosa.
¿Por qué? Porque hay un cambio generacional, porque hay un cambio de narrativas, porque se le está dando la oportunidad de brillar a otras personas.
Por si esto no fuera suficiente, aquí hay otro dato que hace la diferencia: la valiosísima colaboración de TV4, el canal público del estado de Guanajuato.
¿Cuáles son las notas? Uno: que El Veintidós vuelve nacional a TV4 y que TV4 vuelve regional al canal de las culturas de México. Dos: que El Veintidós sabe trabajar en equipo.
Tres: que los medios públicos mexicanos son capaces de unirse, de apoyarse. Y cuatro: que no existen las rivalidades políticas cuando se trata de trabajar para el pueblo de México. ¿Le sigo?
Es muy bueno lo que está pasando aquí. Manda los mejores mensajes. No sea necia. No sea necio. No se deje engañar.
Ninguna de las transmisiones Cervantinas del pasado, que se supone que eran épicas, le llega a los talones a la frescura de lo que estamos gozando en este 2025.
Si no me cree, vea la pantalla. Busque los testigos de lo poco que, por cuestiones de derechos, está en YouTube. ¡Jamás habíamos visto algo igual!
No, pero espérese, se pone mejor. El Cervantino es monumental y sigue hasta el 26 de octubre. ¿Pero qué me dice de la combinación de esto con Original Yucatán y el Festival Internacional de Cine de Morelia?
¿Sí entiende lo que le estoy diciendo? El Veintidós, ese supuesto canal chairo, comunista, propagandístico y que sólo hace programas políticos de mala muerte se aventó, con sus muy limitados recursos, todo esto al mismo tiempo.
¿Y lo vio? ¿Y no se quedó con la boca abierta? Lo de Original Yucatán no fue repetir un evento. Fue inventar un lenguaje porque eso jamás se había hecho ahí, así.
Y salió exquisito. Todavía no puedo digerir la belleza de la inauguración, de los desfiles, de esa televisión pública, de esa televisión cultural.
Si cree que miento o que exagero, antes de insultarme en las redes sociales, haga su chamba y échele un ojito a lo poco que, también por una cuestión de derechos, está en YouTube.
Ningún canal privado hubiera sido capaz de aventarse un Cervantino y un Original en el otro extremo de la nación, paralelamente, como lo hizo El Veintidós.
A esto súmele, por favor, el Festival Internacional de Cine de Morelia. Yo creo que a Julio López, el gran encargado de la fuente cinematográfica del Veintidós y del canal Nuestro Cine MX, le dio una parálisis facial de tanto que sonrió porque se dio vuelo a lo grande.
Estuvo, lo hizo, se lució, triunfó, brilló. ¿Y quién lo felicitó? ¿Quién lo elogió a él y a sus compañeros de producción?
A mí se me hace delicadísimo que el cerco informativo llegue hasta estos extremos de suciedad. No se vale que con una mínima parte de los recursos de antes, El Veintidós esté haciendo tanto, que lo esté haciendo tan bien y que nadie diga nada, que nadie diga nada bueno.
¿Cómo le hicieron? ¿De dónde sacaron tanta gente? ¿Cómo fue que se prepararon para tanto?
Jamás en la historia ni del Veintidós ni de ningún medio público mexicano, una frecuencia había tenido tantos retos tan grandes enfrente con tan buenos resultados. ¡Y veníamos de “México canta”!
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Que no le digan, que no le cuenten: El Veintidós no sólo ha renacido. Está mejor que nunca.
Luche con todas sus fuerzas por verlo. Consulte las guías de programación en sus redes sociales y ubique lo que más le pueda dar felicidad.
Lo que queda del Cervantino, por ejemplo, debe ser una obligación para todas y para todos los que amamos las culturas. Le va a gustar. De veras que sí. ¡Felicidades!