Me encantó el estreno de La mexicana y el güero, la nueva telenovela de las 20:30 de Las Estrellas. ¿Por qué? Porque consiguió el milagro de hacerme olvidar la pandemia, el odio y la crisis, porque me hizo reír y suspirar, porque me la pasé increíble mientras lo miraba.
Además, es telenovela, telenovela, telenovela. El productor no está acomplejado por hacer esto en lugar de series, los escritores no tienen prisa como para quemar toda la historia desde el capítulo uno y los actores están construyendo sus personajes con calma, con cariño.
Es lo mejor de la ficción de antes con lo mejor de los nuevos melodramas, un ejercicio bastante interesante que parte de un formato internacional y que involucra a varias marcas, no sólo a Televisa.
¿Cuál es la nota? El juego de picardías. ¿A qué me refiero con esto? A que sus protagonistas, madre e hija, son estafadoras.
¿Y? ¿Dónde está la nota? En la ruptura respecto a las protagonistas tradicionales. Aquí tenemos dos mujeres que en lugar de sufrir, gozan.
Parece que no, pero esto es una revolución. El mensaje ya no es una invitación al sufrimiento. Ahora tenemos mujeres que gozan. ¡Gracias!
Y segundo, no estamos hablando de narcotraficantes o de secuestradoras entonadas en la realidad. Se trata de estafadoras en el mejor estilo de cañonazos como “Ladrona de identidades”, “Dos pícaros sinvergüenzas” y “Heartbreakers”.
Pero la estafa es un delito. ¿Cómo es posible que una historia así no sea negativa? No lo es porque está entonada en comedia. Si sus responsables pretendieran hacerlo de verdad como los de otros proyectos, ahí sí habría bronca.
Además de que, por supuesto, en algún momento habrá una reflexión moral. No por nada una de las dos heroínas se la pasa insistiéndole a la otra para que hagan una pausa en el camino.
Eso es lo que me gusta de La mexicana y el güero, que si uno le busca, hasta valores puede encontrar.
¿De qué trata esto? ¿Quiénes salen? ¿Para quién es? ¿Por qué habría que verla?
“La mexicana y el güero” es la historia de unas estafadoras que pretenden engañar a un millonario que anda buscando a su madre biológica a través de un plan que lo que tiene de complicado lo tiene de chistoso.
Salen Itatí Cantoral, Gala Montes, Juan Soler, Luis Roberto Guzmán, Montserrat Marañón, Jacqueline Andere, Rodrigo Abed y Laura Vignatti, entre muchas estrellas más.
Sólo una actriz con el talento de Itatí podría darle vida a ese personaje sin volverlo villano. ¡Felicidades!
Gala (Katia) es la revelación del año. Ver a Jacqueline Andere en comedia, en televisión, es un agasajo. Juan está irreconocible. Rodrigo, excelente.
¿Y qué me dice de Luis Roberto? ¡Qué interpretación tan más divertida!
Ojo: esto es para el público de la televisión abierta privada de nuestra nación, para el perfil de Las Estrellas.
Nicandro Díaz está haciendo un trabajo de producción espléndido y los textos de Kary Fájer, Gerardo Luna y Julián Aguilar son de una frescura que se agradece.
Si usted se quiere divertir hoy como en el pasado se divirtió con melodramas cómicos tipo El premio mayor y La fea más bella, luche por estar aquí.
Algo me dice que La mexicana y el güero se podría convertir en el fenómeno de 2020. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com