Mañana miércoles 11 de octubre se va a estrenar, por Prime Video, la temporada dos de la serie “Harina” y me gustaría mucho que la viera.
¿Por qué? Porque estamos ante un fenómeno de los nuevos tiempos de la industria del entretenimiento.
Le explico: las cosas estaban muy mal en materia de comedia de este lado del mundo.
Los iberoamericanos o nos habíamos quedado estancados en el pasado, o nos estábamos clavando en las groserías.
El caso es que éramos una desgracia hasta que en Brasil inventaron un concepto llamado “Backdoor” que nos volvió a poner en el mapa del humorismo dramatizado gracias al dinamismo, la libertad y la proyección de YouTube.
En muy poco tiempo, “Backdoor” llegó a los medios tradicionales con Comedy Central y, por supuesto, a nuestro país dándole oportunidades a muchos de nuestros mejores talentos del cine y el teatro.
Para no hacerle el cuento largo, “Backdoor” conquistó a las multitudes de mil y un maneras, sobre todo las virales como un “humilde” videíto en el que un policía mexicano terminaba bailando “un cumbión muy loco”.
Ese personaje catapultó al señor Memo Villegas, un talentazo al que habíamos visto en infinidad de proyectos de drama y comedia, y consagró a ese personaje al que, por el polvo blanco del que estaba bañado, todos comenzamos a llamar Teniente Harina.
Perdón si digo una de mis tradicionales barbaridades, pero tengo la obligación profesional de hacerlo:
El Teniente Harina es, para varias nuevas generaciones, tan parte fundamental del imaginario colectivo como El Profesor Jirafales, Henruchito y El Ratón Crispín para otras.
¡Es un cañonazo! ¡Una aportación! Algo digno de ser analizado por todo lo que representa, por todo lo que dice y por su magnífica interpretación.
Exactamente como sucedió con María Victoria y “La criada bien criada” o con María Elena Velasco y “La india María”, el Teniente Harina se hizo acreedor a su propio programa sólo que como ahora vivimos en otra época, esto es una serie y viaja básicamente en “streaming”.
La primera temporada de este concepto, titulado “Harina”, tuvo tanto éxito que, a diferencia de una larga lista de propuestas que hemos visto en los últimos años, inmediatamente recibió la autorización para que regresara con una temporada dos.
¿Se da cuenta de lo que esto representa? Por primera vez en la historia del espectáculo, un video viral se convirtió en parte fundamental de nuestra cultura popular.
Por primera vez en la historia de nuestro entretenimiento, un “sketchito” digital se transformó en una serie triunfadora, popular y bien hecha.
Porque ésa es otra: qué bien escrita, actuada y dirigida está esta producción.
Usted sólo compárela con el programa de comedia que quiera, que guste y que mande, y sentirá la diferencia.
Memo Villegas es un rey, pero Verónica Bravo es una reina. ¿Y qué me dice de Luz Aldán, Luis Fernando Peña, Fernando Bonilla, Dagoberto Gama y de todos los demás?
¡Gran guion de Pedro Esteves (“Backdoor”) y Carlos Reichel (“Garoto”) bajo la dirección de Salvador Espinosa (“Club de Cuervos”).
¿Cuál es la nota con la temporada dos titulada “Harina: pericos, rezos y muerte”? Que, por increíble que parezca, los personajes crecen y las situaciones se perfeccionan.
Sí nos vamos a enterar de cosas que ni nos imaginábamos y aquello se va a poner más divertido, más emocionante y, lo mejor de todo, más crítico porque comedia es inteligencia y atrás de todo el “relajito” del Teniente Harina hay muchas muy buenas ideas. ¡Felicidades!
Luche con todas sus fuerzas por ver lo nuevo de “Harina” a partir de mañana miércoles 11 de octubre en Prime Video (Comedy Central va a pasar dos episodios ese mismo día a las 22:00). Le va a gustar. De veras que sí.