Este viernes 17 de febrero termina la telenovela “Cabo” en Las Estrellas y no tengo que decirle que luche con todas sus fuerzas por mirar este desenlace.
¿Por qué? Porque todo México esta viendo esta producción de José Alberto Castro protagonizada por Bárbara de Regil, Matías Novoa y Diego Amozurrutia.
¿Cuál es la nota? Una vez más, el triunfo de la telenovela tradicional a la mexicana sobre las series, las películas de temporada y cualquier otro formato del entretenimiento colectivo.
A pesar de la belleza de las locaciones y de la sensualidad de los personajes, “Cabo” es una cátedra de lo que es y debe ser una telenovela tradicional a la mexicana.
Todo es tan intenso, tan teatral y tan como de antes que no hay manera de verlo y de no adorarlo, de no sentir certeza, de no empoderarse.
Además, está superbién escrito, dirigido y fotografiado. Por favor, aprécielo. Hacer telenovelas, especialmente ahora que todo el mundo quiere hacer series, es un arte que no cualquiera domina.
¡Felicidades a todas las personas involucradas en este proyecto! ¡Así se hace! ¿A poco no?
DIEGO BONETA
Creo que se está cometiendo un error con “At Midnight”, la nueva película de Paramount+.
Todo el mundo está hablando de ella como una comedia romántica, casi, casi, como los legendarios programas especiales del 14 de febrero.
Y no, “At Midnight” es una suerte de laboratorio donde podemos ver juntas a las más jóvenes promesas del cine norteamericano, del cine de Estados Unidos y de México.
Es una película muy “bonita”, sí. Hace cierto punto ingeniosa, capaz de darle la vuelta a los lugares comunes del cine de amor.
Pero lo que más se disfruta es ver esa combinación de talentos y apreciar el trabajo de la gente detrás de cámaras.
¿Qué es lo más importante aquí? La posición de liderazgo de Diego Boneta.
Yo sé que mucha gente insiste en referirse a él como el actor de “Luis Miguel, la serie” pero, por favor abran los ojos: este señor va a llegar más lejos que Eugenio Derbez y en menos tiempo.
Por favor métase a Paramount+ y observe con detenimiento “At Midnight”. Es una cinta mucho más importante de lo que parece. Es el futuro. De veras que sí.
ALEJANDRO CAMACHO
¡Qué gran actor es Alejandro Camacho! Acabo de verlo en “La virgen loca” y no doy crédito de lo que este monstruo sagrado de los escenarios mexicanos es capaz.
Primero, de llenar el teatro 11 de julio. No cabía un alma en ese recinto. Eso es éxito. Punto. ¡Felicidades!
Segundo, de mantener al público al filo de sus asientos durante toda la obra. Estamos hablando de un espectáculo unipersonal. ¡Mis respetos!
Y tercero, de la ovación. Nadie, absolutamente nadie en la función que me tocó, dudo ni por un segundo en ponerse de pie ni en deshacerse en aplausos tan pronto acabó el monólogo.
¿Sabe cómo me sentí? Como en la época de oro de los grandes maestros del teatro mexicano.
“La virgen loca” es una tragicomedia del dramaturgo veracruzano Hosmé Israel que narra las andanzas de una solterona. Sí, don Alejandro es ella, la hace de mujer.
No tiene usted una idea del resultado. No tiene usted una idea del tamaño de obra que es ésta ni de lo oportuna que es en el México real de hoy.
Le prohíbo que se la pierda. Así. Tal cual. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!
Álvaro Cueva
alvaro.cueva@milenio.com