Neto, neto, neto. Sí está muy cañón el tema de “Amanecer” dentro del esquema telenovelero nacional e internacional.
Como usted sabe, el miércoles 10 de septiembre fue el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Como nunca en la historia de México y del mundo entero, se organizaron cosas, se difundieron mensajes, se sembró ayuda.
¡Y qué cree! Cuando el planeta entero estaba con esto, ¡zaz!, esta producción de Juan Osorio se puso a girar alrededor del intento de suicidio de Camilo (Nicola Porcella) y de toda la red de apoyo que se necesitó para salvarlo.
No me quiero ni imaginar cómo le hicieron el señor Osorio, sus escritores y los programadores de Las Estrellas y de Univision para lograr semejante sincronía, porque esto se grabó desde hace mucho tiempo, pero sí se merecen un aplauso.
Eso es estar en la nota. Eso es estar en la realidad. Eso es tener un compromiso social. Eso es querer contribuir. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!
Entre más veo esta nueva versión de este inmenso clásico de Delia Fiallo, más me doy cuenta de lo mucho que han avanzado nuestras telenovelas y de la imperiosa necesidad de apreciar esto, de reconocerlo, de cacarear el huevo.
Perdón pero yo no vi ni en Netflix, ni en HBO MAX, ni en Disney+ ni en ninguna otra parte un contenido dramatizado que invitara a la reflexión alrededor de este tema que es tan, tan, pero tan delicado que hasta los algoritmos lo bloquean.
Lo que Eric Morales, “Bonnie” Cartas y todos los directores de “Amanecer” hicieron fue de un nivel tal alto, de un buen gusto tan exquisito, que no sólo pasó por los filtros de todos los algoritmos, debería ser utilizado en conferencias y seminarios de prevención.
El conflicto de Camilo es particularmente común y desgarrador. Tiene que ver con alcoholismo.
Y es en este punto donde yo tengo que volver a felicitar a Nicola Porcella porque, en serio, gran parte del éxito de esta aportación se debe a la manera como se entregó para la grabación de esas secuencias.
“Amanecer” está tan buena que yo necesitaría muchísimo más espacio para detenerme en todo lo que está pasando pero hay algo que no puedo dejar de poner sobre la mesa: la primera noche de amor entre Alba (Livia Brito) y Leonel (Fernando Colunga).
Deje usted las actuaciones, la belleza de estas dos grandes figuras o cuestiones tan puntuales como las cicatrices en el cuerpo de Leonel.
Tal y como pasó con lo del intento de suicidio de Camilo, con lo del asesinato de Karla (María Espinoza Stransky), con lo de Joaquín (Tiago Correa), con lo del padre Benigno (Omar Fierro) y con tantas y tanta secuencias “delicadas”, qué buen gusto para convertir en un espectáculo familiar un momento de tanta intimidad.
“Amanecer” no es “Las muertas”. Es telenovela. “Amanecer” no es “Cada minuto cuenta”. Pasa por televisión abierta.
Hay que tener mucho cuidado para poner en pantalla todos estos asuntos sin traicionar el formato, sin ofender a las audiencias, sin violar la ley.
Y aquí eso ha fluido riquísimo. Para que vea que todo se puede contar en una telenovela mexicana siempre y cuando se encuentre la manera adecuada de hacerlo.
Luche con todas sus fuerzas por seguir viendo “Amanecer” en Las Estrellas, Univision y VIX. Le va a gustar. De veras que sí.
