Claudia Sheinbaum ha hecho un par de movimientos en el tablero con diferentes alcances, plazos y repercusiones. El primero, mire usted, es una respuesta audaz a una decisión en la que se empecinó Andrés Manuel López Obrador: a la imposición de Clara Brugada como candidata en Ciudad de México, cuyo triunfo la pone de forma automática en la línea de sucesión hacia 2030, la doctora ha antepuesto la designación de Rosa Icela Rodríguez como próxima secretaria de Gobernación, cargo que la hace presidenciable ipso facto.
Sí, me dirán que aún no toman posesión y ya se está prefigurando la disputa por venir en un lustro, pero las posiciones clave que tendrán ambas colaboradoras de los gobiernos de Morena, el actual y el que está por entrar, las colocan en inmejorable posición para buscar la candidatura, no solo porque históricamente la capital y Bucareli son grandes reflectores, imposibles de soslayar, sino porque en este “tiempo de mujeres” las dos representan la confianza de los dos líderes indiscutibles, hoy por hoy, de los guindas: AMLO y Claudia Sheinbaum.
Menos entendible es la designación en Educación, porque si bien nadie puede regatear méritos como operador político a Mario Delgado, después de conducir a Morena a una victoria aplastante con todo el efecto López Obrador a su favor, no parece que ese sector requiera de un propagandista, dados los números que arrastra el país. ¿Que se le quería premiar? Genial, pero por qué en un área tan necesitada de atención especializada y tan abandonada, con antecedentes tan decepcionantes como Delfina Gómez y su “requetebién” y Leticia Ramírez con el “de eso no sabría decirle”.
Ya sabemos que no abundan los José Vasconcelos, pero mire usted: en tanto miembro de la OCDE, México es último lugar en matemáticas, en ciencias y en años de estudio, además de ser de los países que menos invierten por estudiante, con unos 3 mil 200 dólares al año, en contraste con el promedio de la organización, que es de 12 mil 500 dólares. Pero acá se está pensando en cómo consentir a la CNTE y a los líderes de las normales para que no bloqueen calles y carreteras, que igual lo hacen, y ahora viene un especialista en grilla, no en educación. ¿De veras, doctora?
