1.- Todos critican y nadie trabaja
El Ayuntamiento de Guanajuato, se formó de manera muy especial y eso es lo que ha provocado que sean los protagonistas del alto índice de ineficacia, de improductividad, de negativismo y de vergüenza popular.
Hay algunos que, confundidos en su discurso, buscan dar órdenes en la administración, exponen sus comentarios sin propuesta concreta, suponen soluciones sin aclarar que es una mera especulación y recomiendan sin consenso ni cabildeo político.
Su objetivo es fregar.
El protagonismo los ciega y los exhibe como el Ayuntamiento de Guanajuato más rijoso, menos político, más pesimista y menos productivo. Hablan, critican, exhiben, pero no apoyan ni aportan nada.
Es como una olla de grillos que cobran su quincena sin ser útiles.
Y la verdad, los capitalinos están cansados.
Un día, la regidora priista, Iovana Rocha, se envalentona y confronta a su propia administración, de la que ella debería de dar cuentas, pues pertenece al mismo partido que su Presidente Municipal, Edgar Castro Cerrillo.
Otro día, la panista Samanta Smith, aparece para reclamar acciones que evidencia el oportunismo político para debilitar la administración y se enfoca en capitalizar su posicionamiento político rumbo al 2018.
A la semana siguiente, el regidor del PRD, Julio César García, se exhibe como la inocente palomita, cuando hay denuncias en su contra por el maltrato a una mujer, pero junto con su abogado, protagonizan un show que, evidentemente, no concluirá en nada.
El resto, sigue moviéndose con bajo perfil, dando golpes ocultos, maquinando fracasos y sumando adeptos para sembrar en el discurso social y mediático, que Guanajuato está en ruinas, pero negando hacer algo.
Y mientras todos vemos con asombro cómo se complican los temas, los regidores dan un ejemplo de su ineficacia, de su falta de liderazgo con los empresarios, con los comerciantes, con los líderes de opinión y hasta con su propio Presidente Municipal.
Quieren que el Presidente resuelva, pero no ayudan. Quieren que los directores den resultados, pero obstaculizan sus actividades porque forman parte de un grupo político distinto y, afanados por los reflectores, se olvidan que ellos son los protagonistas del ayuntamiento altamente improductivo.
¿No les da vergüenza?
2.- El regreso de Márquez y los pendientes en el escritorio
Tras el escándalo de los terrenos de Toyota y el cierre del periodo de sesiones en el Congreso del Estado, el gobernador Miguel Márquez, por fin regresa a Guanajuato, en medio de una crisis de seguridad que, dicho sea de paso, no logró suspender las vacaciones del alcalde leonés, Héctor López Santillana.
Márquez quizás pida un recuento de las ejecuciones que se dieron en su ausencia, del índice de inseguridad que se incrementó en su paseo por Europa y omitirá, como siempre, la exigencia de mejores remuneraciones a los empleos que generaran sus empresas trasnacionales.
Aunque conocerá a detalle cada aspecto de Guanajuato en su ausencia, quizás ya no hable de por qué su gobierno pagó muy caro los terrenos de Apaseo el Grande donde opera la empresa automotriz, Toyota.
Quizás tampoco quiera hablar de las ejecuciones diarias que registra León y muchos menos querrá involucrarse en las grillas internas que traen sus propios secretarios, contra el titular de turismo, Fernando Olivera.
Es posible también que de plano decline su aspiración a la Presidencia de la República y pretenda hacer el cierre final de su trienio con acuerdos políticos que borren evidencias de transacciones bajo sospecha.