Política

Rescatado de la basura

  • En Corto
  • Rescatado de la basura
  • Alejandro Maldonado

Los cuerpos de emergencia en Barcelona, España, recibieron una llamada de un hombre que se había caído al interior de su domicilio y llevaba un par de días sin comer ni beber. La situación en teoría parecía no ser tan complicada de atender, pero la realidad era distinta. El hombre en cuestión pesaba 250 kilos, y los bomberos no pudieron entrar por la puerta de la vivienda ya que estaba atascada por la enorme cantidad de basura y objetos que había en el interior, así que tuvieron que utilizar una excavadora para derribar una parte de la pared y en paralelo, a través de una ventana fueron retirando bolsas, cajas, plástico y basura hasta que lo encontraron y lo pudieron rescatar con la ayuda de un montacargas. La operación duró siete horas.

En cierta ocasión platiqué con un entrenador deportivo interesado en escuchar el tema de Jesús y la salvación. Hicimos una cuenta simple: Suponiendo que durante 40 años de su vida cometió un promedio de 10 pecados diarios, -ya sabes, cosas como mentir, enojarse, maldecir, tener malos pensamientos, codiciar, hasta otros más serios-, en total habría acumulado un total de 146 mil pecados.

Tu puedes hacer un ejercicio similar contando a partir de que tuviste conciencia de lo bueno y lo malo. Pero lo cierto es que la cifra real superaría con mucho nuestros cálculos. Si pudiéramos ser conscientes de nuestra condición espiritual, nos daríamos cuenta de que estamos atrapados bajo la basura del pecado acumulado a lo largo de nuestras vidas.

Nuestra condición es tan grave, que el rescate implicó que el hijo unigénito de Dios fuera abofeteado, escupido, latigueado, escarnecido, y posteriormente colgado durante seis horas en la cruz del Calvario, y luego de una larga agonía y dolor inimaginable Jesús dijo: “Consumado es” y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu, Juan 19:30

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él”, Isaías 53:5. Tú y yo fuimos la razón por la que Jesús fue voluntariamente a la cruz. Allí pagó por completo nuestra deuda acumulada por causa del pecado, para ofrecernos perdón, salvación y vida nueva.

Como aquel hombre de Barcelona, tú tienes que hacer la llamada. Habla con Jesús. Reconoce tu condición y permítele rescatarte.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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