¿Cuánto cuesta casarse? En promedio, quienes quieren contraer matrimonio en los Estados Unidos, deben invertir 33 mil dólares solo para el día del evento, sin incluir la "luna de miel" por supuesto. Si establecemos en un aproximado de 18 pesos la cotización del dólar, estamos hablando al equivalente de 594 mil pesos. ¡Pero momento! Si los contrayentes viven en Manhattan, entonces el promedio se eleva a 80 mil dólares, es decir, ¡un millón 440 mil pesos!
Por supuesto que en México resulta mucho más barato. Según datos de la PROFECO, correspondientes al 2014, el costo promedio de una boda era de 63 mil 482 pesos. Sin embargo, otros análisis más actualizados establecen la cifra en 142 mil pesos. Como sea, en nuestro país todos le "echamos montón" para que el desembolso no sea tan gravoso, y nos las ingeniamos a fin de conseguir quién haga el gasto por nosotros; de ahí el que designemos el honroso cargo de "padrino", para quienes tendrán que "caerse" con la comida, el salón, las arras, la música, las invitaciones, el vestido de novia, las flores, el pastel, el fotógrafo, y hasta con la luna de miel.
Ciertamente casarse no es barato, y por lo general implica esfuerzo, planificación y compromiso. Eso para el día de la boda, ¿pero qué para el matrimonio? La promesa que se hace por parte de la pareja es mantenerse unidos en las buenas y en las malas; en salud y en enfermedad; en pobreza y en riqueza, y hasta que la muerte los separe. Eso significa mucho más que el gasto de un solo día, y claro que resulta más fácil decirlo que hacerlo.
¿Sabes? Hay alguien que está dispuesto a asumir un compromiso de largo plazo contigo, a fin de ayudarte con tu propia vida, y con la de tu pareja. De hecho está dispuesto a permanecer contigo todos los días hasta el fin de los tiempos. Para lograr su ayuda solo tenemos que acudir a él reconociendo nuestra necesidad e incapacidad.
Jesucristo nos creó, nos conoce, y a pesar de ello; nos ama y quiere transformarnos. Sin él en nosotros, nuestra existencia carece de propósito, y de todo lo necesario para sacar adelante a un matrimonio y a una familia.
Mujeres y hombres somos pecadores, que llegamos al matrimonio suponiendo que la otra parte, habrá de resolver todo lo que nos aqueja. Nada más trágico. Solo Jesús puede llenar el vacío existente en nuestro corazón. Cree en él y serás salvo; vuélvete a Jesucristo en humildad, y recíbele como el Señor de tu vida. Lo demás correrá por su cuenta. Su compromiso es eterno.
