Negocios

Por una política inteligente de sustitución de importaciones

  • Columna de Alejandro Gómez Tamez
  • Por una política inteligente de sustitución de importaciones
  • Alejandro Gómez Tamez

La teoría económica es clara al identificar los componentes de la demanda agregada, y éstos son el consumo privado (C), la inversión física privada (I), el gasto público (G), las exportaciones (X) e importaciones (M). En la medida en que crecen C, I, G y X, aumenta la demanda, y si hay capacidad productiva ociosa, se logra el crecimiento económico sin mayores presiones inflacionarias. Sólo el incremento de M (dejando todo lo demás constante) ocasiona una caída de la demanda agregada, y por lo tanto menor crecimiento económico.

Es por este hecho que muchos estudiosos de la economía, desde el siglo XVI con la escuela de los Mercantilistas, han apoyado la idea de que una buena estrategia para aumentar la producción de la economía es sustituyendo importaciones, y en la medida de lo posible lograr superávits anuales en la balanza comercial.

En esta entrega analizamos la capacidad de planta instalada que emplea la industria manufacturera nacional y posteriormente vemos el nivel de importaciones que se tienen en cada tipo de rama manufacturera en el año 2021.

De acuerdo con el INEGI, en los primeros 10 meses de 2021, la planta manufacturera nacional total trabajó utilizando sólo el 77.8% de su capacidad de planta instalada en promedio, lo cual implica una mejoría respecto de la utilización del 71.1% en el 2020, pero todavía por debajo del nivel de 2019 y 2018 cuando ascendió a 78.9% y 81.1% respectivamente.

Como es de esperarse, la utilización de la capacidad manufacturera instalada de 77.8% es producto de que diversas actividades productivas trabajan casi al 90% de su capacidad, mientras que otras laboran rozando un nivel de utilización de casi la mitad de lo que podrían potencialmente producir.

No es sorpresa que los sectores calzado, textil y vestido, que sufren de elevados niveles de importaciones, muchas de las cuales se dan en condiciones de contrabando técnico y bronco, sean de los que trabajan con menores porcentajes de su capacidad instalada.

Es verdad que varias de estas actividades están atravesando una complicada situación económica porque los productos que generan cada vez se usan menos o porque enfrentan problemáticas más complejas; pero quiero insistir en el hecho de que muchas industrias trabajan a un nivel mínimo de su capacidad porque enfrentan la competencia de crecientes volúmenes de importaciones, muchas de las cuales se dan en condiciones de ilegalidad.

En particular, llama la atención que se importaron en los primeros 10 meses de 2021 productos de las industrias textil, vestido y calzado por más de 11 mil millones de dólares, y estas tres industrias operan por debajo del 60% de su capacidad. Este es un claro ejemplo de cómo, a través de la sustitución inteligente de importaciones, se podría impulsar la producción y empleo nacionales.

Reitero que es cierto que muchas de las importaciones que hace la industria son necesarias para poder realizar nuestras exportaciones; pero insisto en que muchas de estas importaciones son de bienes terminados, intermedios o materias primas que podrían producirse en México.

Lamentablemente muchas compras del exterior se hacen a China, país al que en los primeros 10 meses de 2021 le compramos 73.505 m miles de millones de dólares (mmdd) en 2020 y 80.575 mmdd en los primeros 10 meses de 2021, y mucho de lo que importamos desde ese país se da en condiciones de dumping, subsidios disfrazados o con precios distorsionados y es por ello que China sigue sin obtener el reconocimiento de tener una economía de mercado.

Además de que está el problema de subvaluación de mercancías, lo cual implica evasión de impuestos y también provoca que no se puedan compensar las diferencias de costo país, ocasionando que frecuentemente el producto importado sea más barato que el hecho en México.

Si como país nos pusiéramos la meta de disminuir el 10% de las importaciones anuales y reemplazarlas con producto nacional, eso implicaría un impulso al PIB de aproximadamente un billón de pesos, cantidad que representa 4.0% del PIB nominal actual.

En un país que registra una tasa de crecimiento promedio de su PIB de apenas 1.77% en el periodo de 2000 a 2021, el impulso de 4 puntos porcentuales adicionales, basado en una política inteligente de sustitución de importaciones, debería analizarse seriamente como estrategia nacional. 

Alejandro Gómez Tamez *

alejandro@gaeap.com

@alejandrogomezt

* Director general GAEAP

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