Esa es una de las expresiones recurrentes cuando nos queremos referir a los partidos políticos.
El comportamiento que ha mostrado la ciudadanía en los dos últimos procesos electorales es que se acude a las urnas a votar, o por la persona o por la marca, es decir, por el candidato o el partido.
Es evidente el desgaste y desencanto en el sistema partidario del país y para el caso de Puebla, fue notorio.
Es por esto que haber rescatado a partidos como Fuerza por México, Nueva Alianza y Pacto Social de Integración, es una mentada de madre.
Hoy se sabe que FPM fue rescatado del abismo para no perder el registro. Se logró a través de la “transferencia” de votos que le cedió Morena ya que al momento de cotejar las actas de las casillas con los resultados que publicó el PREP se ventila una disparidad del 400% a favor del partido que dirige Maiella Gómez Maldonado.
Es evidente que el Instituto Electoral del Estado es responsable y esa es la razón por la que en la última sesión del organismo se anunció una investigación interna. Lo más importante es revelar quién envió la indicación de ejecutar dicha acción inmoral. Es decir, por un lado descubrir al autor material, pero más interesante aún, al intelectual.
Y más aún. De acuerdo con los principios de la 4T y de la legislación que ellos mismos reformaron, los delitos electorales son considerados graves y este es uno de ellos.
A razón de lo anterior, lo menos que se espera es una denuncia penal y un responsable que termine en la cárcel por salvar a un partido que recibirá prerrogativas públicas sin tener, en la realidad, el 3% de apoyo popular y por ende, estar por debajo de la representatividad ciudadana.
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La relación entre el gobernador de Puebla, Sergio Céspedes y la de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, ha sido franca y sincera, sobre todo porque gracias a ella, el presidente López Obrador dio el visto bueno a la designación de quien entonces era el líder del Legislativo local y pasó a ser el gobernador desde aquel diciembre de 2022.
Ahora, le toca a Céspedes dejar muy bien recomendado a su sucesor Alejandro Armenta para que la relación entre Puebla y Tlaxcala siga siendo abierta, sincera y productiva.
La relación Cuéllar-Armenta durará tres años, que son importantes para consolidar su proyecto de Estado con nuestros vecinos más cercanos.
