“América juega como equipo chico”. Mario Carrillo
El América se encuentra en el segundo lugar de la tabla general, algo que para su afición resultaría un motivo de orgullo, pero que lejos de presumir a más de uno lo tiene en una situación de duda, producto del accionar que ha venido mostrando el equipo dentro del terreno de juego.
Si bien la llegada de Santiago Solari fue recibida con beneplácito tras la salida de Miguel Herrera —pues para muchos el cuadro americanista necesitaba reencontrarse con un estilo de juego más agresivo y que conectará nuevamente con su afición—, también es cierto que hasta el momento no hemos visto un equipo espectacular a la altura de lo que su afición busca torneo tras torneo.
Si bien los resultados obtenidos hasta el momento tienen al cuadro de las Águilas en las alturas del actual torneo, también es cierto que el calendario ha sido muy benévolo con los de Coapa para no tener que toparse con algún equipo de mayor envergadura que ponga a temblar a sus aficionados.
El cuadro americanista no solo debe estar para ser un equipo ordenado y dinámico que con base de un equilibrio pueda ganar los partidos. El americanismo exige mucho más y no deben anteponerse ningún pretexto para conseguirlo.
Solari tendrá poco tiempo para demostrar que no solo puede obtener resultados favorables, sino que también cuenta con un equipo potencialmente sólido que pueda pelear con los equipos favoritos de este Guardianes 2021. La segunda mitad del torneo será un buen parámetro para poner a prueba al cuadro americanista, y conocer si tiene la capacidad de afianzarse dentro de los cuatro primeros lugares de la tabla general en lo que resta del torneo.
Los de Coapa tendrán todo un reto en las próximas semanas, en las que comenzarán también su participación en la Concachampions, lo que seguramente obligará a que exista una rotación importante de jugadores con la obligación de mostrar su mejor versión.
América no es un equipo que solo tenga que salir a buscar los resultados, sino que también debe ser exigido para agradar a su afición y dar un poco más dentro del terreno de juego y convertirse en ese rival que ningún equipo desea enfrentar en una instancia final. Ese América hoy luce lejano, casi inexistente y todo parece indicar que las carencias que como equipo reflejan pondrán en tela de juicio a sus directivos para dar pie al espejismo azulcrema que nos quisieron vender.
Hasta la próxima…
