“Estamos en el momento y el lugar indicado. Lo de hoy no es casualidad, no lo digo por mí (Juan Reynoso), lo digo por Chuy, el Cata, Aldrete y por toda esa afición… Los he visto llorar de dolor y hoy los vi llorar de alegría”.
Juan Reynoso
El equipo de Juan Reynoso ha entrado en su primera etapa complicada desde que tomó el mando de esta institución, y es que si bien se considera un fracaso el no haber podido acceder a la final de la Concachampions, tampoco se le puede crucificar como muchos desean.
Es increíble la poca memoria de muchos aficionados que ya cuestionan la continuidad del hombre que rompió el maleficio de 23 años de sequía en la institución celeste de un título de Liga, misma que construyó con creces y con base en el plantel que tenía, sacó lo mejor de cada uno para poder darle la tan ansiada novena estrella al equipo de La Máquina.
Si bien Cruz Azul no puede darse el lujo de vivir de este campeonato por 23 años, tampoco se debe cuestionar la falta de un proyecto y planteamiento dentro del campo de juego. Hoy más que nunca el equipo debe cerrar filas y mirar hacia el frente para poder enfocar todas sus baterías a la Liga para defender el título que tanto trabajo les costó obtener.
El análisis tan pobre de muchos expertos ansiosos de despedazar a esta Máquina para escudarse en la burda idea de que Reynoso ha pecado de realizar rotaciones injustificadas y realizar comparaciones burdas con el ansiado rival de los cementeros para decir que Solari si le ha sabido sacar provecho a un equipo tras las múltiples bajas que ha tenido ya sea por lesión o por sus respectivos seleccionados.
En primer lugar no se puede comparar al campeón del futbol mexicano con los de Coapa, quienes pudieron realizar y preparar el torneo con un poco más de tiempo tras la final que sí disputó el cuadro cementero el torneo pasado; sin mencionar que América ha contado con su base estelar en todo momento, a diferencia de los celestes, que han tenido que prescindir inclusive de su capitán, sin olvidar que hombres como Gudiño y Jurado han hecho muy buenas actuaciones, pero finalmente el peso y experiencia de Corona pesan y sino pueden preguntarle a Jurado, tras dos semifinales seguidas donde ha sucumbido por sus adversarios.
Cruz Azul debe olvidarse de su entorno mediático tal y como lo hizo el semestre pasado y empezar a levantar la frente y mirar hacia nuevos horizontes, pues ya no cuenta con esa losa de cemento duro de 23 años de sinsabores, hoy La Máquina pareciera tener de forma interna a su peor enemigo y su juez más duro e irrevocable: su afición. Una afición que por momentos parece confundir la exigencia con una forma de queja para reventar a diestra y siniestra en cada oportunidad que la falta de algún resultado a favor del equipo se demuestre.
Y sino tan solo hay que ver la falta de ecuanimidad que hay que leer en las redes sociales donde algunos inadaptados celebraban la posibilidad de suspender el partido ante la inoperancia del equipo dentro del terreno de juego, utilizando un grito vergonzoso que solo empaña nuestra cultura.
Pero ojo: aquellos aficionados que apoyan y que exigen de forma racional, esos son los que están con este equipo cementero en las buenas y en las malas y que no se cansarán de apoyar hasta ver de nueva cuenta al equipo en los primeros planos. Juan Reynoso tiene un bonito reto en puerta y es consciente de lo que le viene por delante, pero que mejor liderazgo y dirección que el hombre que le dio el título que tanto añoraba este equipo.
Así que ha llegado la hora de darle la vuelta al título conseguido, de fijarse nuevas metas, de cerrar filas y de reinventarse nuevamente. Finalmente si hay un equipo que lo sabe hacer es Cruz Azul.
Hasta la próxima…
Por: Alberto Romero Rodríguez
Cuenta; ManchonPenal
@AlbertoRomeroMP
