Las comparecencias del gabinete estatal que terminaron este viernes, ofrecieron un panorama amplio del estado que guarda la administración pública. Permiten analizar avances, rezagos y retos que perfilan el cierre del año y el inicio del siguiente. Más allá de los discursos, las secretarías presentaron cifras que permiten dimensionar el alcance real de las políticas públicas.
En Educación, Bienestar Social, Salud y Cultura, las comparecencias reflejaron una apuesta por ampliar coberturas y actualizar infraestructura. Salud reportó modernización hospitalaria y fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica; Educación detalló inversiones relevantes en miles de escuelas; y Cultura enfatizó la recuperación de patrimonio y la expansión de centros culturales regionales. En conjunto, describen un esfuerzo por equilibrar territorios que presentan distintos niveles de rezago, aunque todavía quedan diferencias importantes entre municipios que requieren seguimiento puntual.
En materia de Seguridad, Procuraduría, Contraloría y Gobernabilidad, se destacó una disminución en distintos indicadores delictivos, avances en procesos y un incremento en la capacidad de localización de personas desaparecidas. Al mismo tiempo, se expuso la ampliación de infraestructura tecnológica, profesionalización y resultados en investigaciones, detenciones y decomisos. Aunque las cifras muestran avances, también dejan ver un desafío permanente: sostener la tendencia y consolidar confianza ciudadana en instituciones que históricamente han cargado con desconfianza estructural.
Hacienda, Desarrollo Económico, Agricultura, Trabajo y Turismo ofrecieron una fotografía de crecimiento sostenido en inversión, empleo, turismo y finanzas públicas más sanas. Se subrayó el aumento en ingresos propios, la atracción de empresas, y el impulso al campo mediante programas productivos y de acompañamiento técnico. Este bloque deja claro que el componente económico es hoy uno de los que más empujan la narrativa estatal, aunque sus resultados deberán evaluarse también por su impacto en calidad de vida, no solo por volumen de inversión.
Finalmente, Medio Ambiente, Infraestructura, Movilidad y Planeación mostraron el alcance multidimensional de las tareas en curso: desde la reducción de incendios forestales y la reforestación de miles de hectáreas, hasta obras viales, reparación de daños por lluvias y el desarrollo de instrumentos de planeación que buscan ordenar el territorio. La información presentada refleja un avance consistente, pero también un desafío mayor: equilibrar crecimiento económico con sostenibilidad en una entidad que enfrenta presiones hídricas y zonas críticas de contaminación.
El ejercicio de glosa no resolvió todos los temas pendientes—ningún informe en el mundo lo hace—, pero sí permitió identificar con claridad lo que está funcionando, lo que necesita consolidarse y lo que deberá corregirse. El Gobierno de Hidalgo ofrece avances importantes, pero también evidencia la necesidad de mantener un ritmo de trabajo sostenido y una vigilancia institucional continua. La conversación no termina en el Congreso: apenas comienza en la opinión pública, donde los datos presentados deberán traducirse en resultados visibles para las familias hidalguenses.
