La relación de México con Cuba es de tal importancia histórica y estratégica que debe ser conducida por diplomáticos experimentados y con la contribución de parlamentarios informados.
Hace una semana se instaló en la Cámara de Diputados el Grupo de Amistad México-República de Cuba, con la presencia del embajador de esa nación en nuestro país, la participación de legisladores de diversos grupos partidistas y funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Como es costumbre, los lugares comunes y las hipérboles predominaron en la mayoría de los discursos: “es recíproco el apoyo y el cariño de nuestro país hacia la isla”, “estamos orgullosos de la amistad”, “las relaciones entre México y Cuba atraviesan por un momento único en la historia, porque en los últimos tres años los vínculos se han estrechado de manera significativa”, entre otros.
Como cualquier internacionalista sabe, los vínculos diplomáticos solo existen entre Estados soberanos, no entre colonias, por ello, llama la atención el siguiente párrafo del Boletín 1226 de la Cámara de Diputados:
“El presidente del Grupo de Amistad, diputado Rubén Moreira Valdez (PRI), destacó la larga relación diplomática (sic) entre Cuba y México que se remonta al Virreinato (sic)”.
Es un despropósito afirmar que existían desde el Virreinato relaciones diplomáticas entre ambas partes, pues tanto Cuba como la Nueva España eran colonias españolas. Seguramente el legislador lo que quiso decir es que la larga relación histórica entre Cuba y México se remonta al Virreinato.
México y Cuba establecieron relaciones diplomáticas el 20 de mayo de 1903, una vez que se instauró formalmente la República de Cuba.
Recordemos con admiración al embajador Manuel Márquez Sterling, quien abogó por la vida del presidente Francisco I. Madero, asesinado por órdenes de Victoriano Huerta, y quien asiló en Cuba a la familia del precursor de la Revolución Mexicana.
Mencionemos la expedición desde Tuxpan de Fidel Castro, su hermano Raúl y El Che, a bordo del Granma, que luego del fallido asalto al Cuartel Moncada en 1953, triunfó la Revolución Cubana con la entrada a La Habana el 1 de enero de 1959.
Celebremos que México fue el único país latinoamericano que no rompió relaciones con Cuba tras su expulsión de la OEA ni Cuba intervino en nuestro país.
Como invitado, el ex presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, y presunto candidato a embajador en la isla, manifestó que México y Cuba tienen una identidad histórica común, pero sobre todo un futuro estratégico común.
El experimentado diplomático recordó que la relación México – Cuba no siempre fue miel sobre hojuelas, quizá aludiendo al penoso diálogo telefónico de Vicente Fox con Fidel Castro conocido como “comes y te vas”.
En cambio, Muñoz Ledo fue testigo del osado discurso, en plena Guerra Fría, de José López Portillo en la atiborrada Plaza de la Revolución en La Habana.
Recordó el exembajador ante la ONU: “En un momento dado, el Presidente volteó a ver a su entorno y preguntó dónde está Washington – ‘¿dónde está?’ –; ‘allá’, le dijeron, y López Portillo con ese aire enfático, solemne y emocionado que tenía dijo: ‘Lo que le hagan a Cuba se lo hacen a México’”.
México necesita a Porfirio en Cuba.
Agustín Gutiérrez Canet
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@AGutierrezCanet