Hace unos días entré a la librería de Amazon en el barrio de Georgetown, en Washington, y me llamó la atención el libro intitulado The polygamist´s daughter (La hija del polígamo).
“Mi padre tuvo trece esposas y más de cincuenta hijos...”, así inicia Anna LeBarón su autobiografía, nacida en Chihuahua.
La introducción describe a Anna LeBarón como “hija del famoso polígamo y asesino Ervil LeBarón”.
Según Wikipedia, el 1 de junio de 1979, Ervil LeBarón fue arrestado por la policía mexicana y extraditado a Estados Unidos, donde estaba acusado de ordenar la muerte de Rullon C. Allred, dirigente de otra secta fundamentalista mormona. En 1980 fue sentenciado a cadena perpetua en la prisión estatal de Draper, Utah, donde se suicidó el 16 de agosto de 1981.
La misma fuente nos indica la historia de cómo este grupo de mormones emigró a México:
“Después de que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días abandonase oficialmente la práctica de la poligamia en 1890, algunos mormones polígamos, que más tarde serían excomulgados de la iglesia, se mudaron al norte de México para continuar practicando la poligamia sin la interferencia de la ley estadounidense. Alma Dayer LeBarón, Sr. fue una de esas personas: en 1924 se mudó con su familia, compuesta por dos esposas y ocho hijos, al norte de México. La familia construyó una granja llamada ‘Colonia LeBarón’ en Galeana, Chihuahua”.
En la introducción del libro La hija del polígamo, se lee que debido a la actividad criminal de Ervil LeBarón, Anna y sus hermanos estuvieron huyendo del FBI.
La tragedia ha perseguido por años a estos fundamentalistas que tienen la doble nacionalidad. Algunos han sido secuestrados o asesinados por narcotraficantes mexicanos.
La iglesia mormona y cualquiera de sus denominaciones debe ser respetada en México y evitar prejuicios contra la familia LeBarón, que está obligada a respetar las leyes mexicanas.
A raíz de la reciente masacre a miembros de esta familia, el próximo miércoles se espera el arribo a Washington de una caravana que partió desde la comunidad La Mora, en Sonora, para reunirse con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
En una carta, varias familias agradecieron a Trump su disposición a cooperar con México e hicieron un llamado a defender la paz y la seguridad no solo de Estados Unidos, sino también de México.
Ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador se enfrenta al enorme reto de mejorar la seguridad, no solo por ser una justa demanda de los ciudadanos mexicanos, sino por presiones estadunidenses.
Ante esta difícil situación, el gobierno mexicano debería adoptar dos medidas concretas:
A corto plazo, aceptar la cooperación del FBI que conoce los antecedentes del caso LeBarón y compartir su experiencia en técnicas de inteligencia, investigación y de balística, a cambio de que coopere en el control del contrabando de armas.
A mediano plazo, reformar el sistema jurídico y de procuración de justicia para que sea eficiente, convocando a toda la sociedad y a los poderes de la Unión.
Pero, mientras, la seguridad y la justicia no pueden esperar: la Guardia Nacional tiene que ofrecer resultados concretos en la protección y la seguridad de todos los mexicanos.
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@AGutierrezCanet