Política

Fracaso de la diplomacia mexicana

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Joe Biden suspendió el oprobioso programa Permanecer en México (PM) que Marcelo Ebrard negoció en contra de nuestra política humanitaria de asilo.

¡Qué ironía! El decoro nacional ha sido restituido por un presidente extranjero. En cambio, el Senado mexicano, encargado de supervisar la política exterior, avaló el programa Permanecer en México y su acuerdo secreto para frenar la migración por la fuerza, que en un principio ocultó la SRE, y solo después de que Trump lo divulgó, lo entregó a los senadores.

El programa Permanecer en México tiene un origen espurio pues fue acordado en principio por Ebrard, cuando todavía no asumía el cargo de secretario de Relaciones Exteriores, y con la ayuda de un ciudadano privado que no era diplomático.     

El 15 de noviembre de 2018 en Houston, Permanecer en México fue acordado por Ebrard en secreto, quince días antes de asumir el puesto, con Mike Pompeo y con Kirstjen Nielsen, secretarios de Estado y de Seguridad Nacional del gobierno de Trump.

¡Qué ironía! El decoro nacional ha sido restituido por un presidente extranjero

Pompeo no daba crédito por su victoria y satisfecho le confió a un funcionario mexicano sobre sus conversaciones con Ebrard: It´s too good to be true (es demasiado bueno para ser verdad).

Antes, Pompeo se había reunido con Luis Videgaray para negociar un Acuerdo de Tercer País Seguro (ATPS) por el cual México se obligaba a otorgar asilo a los centroamericanos, devueltos por Estados Unidos, pero Videgaray prefirió abstenerse, no porque desechara la propuesta, sino porque argumentó que la entrada en vigor del acuerdo recaería en el gobierno entrante, al cual no quería comprometerlo.

Pero de todos modos Pompeo y Nielsen lograron su objetivo de comprometer al gobierno de López Obrador, ya no para dar asilo en México, sino para recibir a los solicitantes de asilo mientras corren los trámites, diferencia esencial entre el ATPS, un tratado bilateral, y el programa Permanecer en México, una norma interna estadunidense con efectos en nuestro país que solo con la cooperación mexicana podría implementarse.     

Ebrard practicó una cuestionable diplomacia personal. A la reunión en Houston únicamente se hizo acompañar por su amigo, Javier López Casarín, un oscuro empresario que, sin ningún cargo oficial, carente de plenos poderes, conocido como JLo (así lo llamaban en el equipo de Nielsen, con el mismo apodo de la cantante Jennifer López), desarrolló negociaciones privadas con funcionarios estadunidenses.

La crónica fiel de los hechos fue expuesta en el libro Border wars, inside Trump’s assault on immigration por los corresponsales en Washington de The New York Times, Julie Hirschfeld y Michael D. Shear:

“Siguieron semanas de diplomacia clandestina entre Miles Taylor, asesor de Nielsen, y Javier López Casarín, la mano derecha de Ebrard, para afinar los términos del acuerdo. Se reunieron en la Ciudad de México y en Washington en habitaciones de hotel, restaurantes y bares para afinar el programa”.

Según el libro, Ebrard condicionó el apoyo de nuestro país al programa “Permanecer en México” siempre y cuando el gobierno de Trump financiara con diez mil millones de dólares el desarrollo de México y de Centroamérica. Pero nunca hubo tal financiamiento más que en los optimistas comunicados de la SRE.

El resultado de las negociaciones de Ebrard:  Trump no nos dio ni un dólar y en cambio sí le hicimos la tarea sucia de controlar con la fuerza militar la migración centroamericana. _

Agustín Gutiérrez Canet

gutierrez.canet@milenio.com

@AGutierrezCanet


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Agustín Gutiérrez Canet
  • Agustín Gutiérrez Canet
  • gutierrez.canet@milenio.com
  • Periodista y Embajador de México en retiro. Licenciado en comunicación (U. Iberoamericana). Diplomático de carrera, representó a México como embajador en Rumania (2013-2016), en Finlandia, concurrente en Estonia (2008-2013) y en Irlanda (1995-1996). Fue cónsul general en Hong Kong y en Macao (1991-1995), ministro y jefe de cancillería en España (1989-1991), consejero en Italia (1985-1986) y representante alterno ante la FAO en Roma (1986-1987). En la Secretaría de Relaciones Exteriores fue director general de Comunicación Social (1982- 1985) y subdirector general de Prensa Extranjera (1980-1982). De 2003 a 2005 fue coordinador de Información Internacional en la Presidencia de la República y director del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (1998-2002). / Escribe todos los jueves su columna Sin ataduras
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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