Por: Ricardo Alvarado
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El presidente López Obrador no es ajeno al concepto de conflicto de intereses. Sus propuestas de gobierno y los documentos de planificación gubernamental son claros sobre la necesidad de regular este asunto y evitar que suceda. Uno de los cien compromisos asumidos por el mandatario establece que “no habrá amiguismo, nepotismo e influyentismo, ninguna de esas lacras de la política”. Esta misma idea está plasmada en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024: rechaza el aprovechamiento del cargo para lograr cualquier beneficio personal. Además, prometía proponer al congreso una Ley Federal de Combate de Conflicto de Interés. Incluso algunos meses después de iniciado su gobierno, ésta era una clara preocupación del mandatario. En junio de 2019, López Obrador dio a conocer un memorándum entregado a todas las oficinas de la Administración Pública Federal en el que decía no aceptar, bajo ninguna circunstancia, que miembros de su familia hicieran trámites, gestiones o hicieran negocio con el gobierno en su beneficio o a favor de sus recomendados.