Nexos

La tortura del genio

Cuando Victoria Ocampo recibió en París un ejemplar de Una habitación propia, el gran ensayo de Virginia Woolf sobre la mujer y la escritura, quedó deslumbrada.

Por: Jesús Silva-Herzog Márquez

Ilustración: José María Martínez, cortesía de Nexos

Era 1929, muy poco tiempo después de haber sido publicadas las conferencias de las que proviene el libro. De inmediato, Ocampo busca a la novelista, le escribe cartas, le regala orquídeas, le envía cajas repletas de mariposas, la visita en su casa en Londres. Woolf se siente acosada por la adinerada sudamericana de “ojos de huevo de bacalao fosforescente”, pero permite que un argentino traduzca, para Sur, La habitación y también Orlando. Se llamaba Jorge Luis Borges.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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