Por: Fernando Escalante Gonzalbo
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Mucho de lo que dice el informe es una documentada elaboración de lo obvio. Por ejemplo: que no había correspondencia entre los fines declarados, los recursos disponibles y la estrategia concreta, que no había coordinación entre las diferentes dependencias. O que nunca hubo personal, recursos, infraestructura para dar continuidad al esfuerzo estadunidense. Dice que no había en el país gente capacitada para las varias tareas de reconstrucción y de gobierno, de modo que se formaba a funcionarios en masa mediante exposiciones sumarias en Power Point, y se enseñaban técnicas de policía con series de televisión estadunidenses (eso parece una exageración, pero si se lee el conjunto del informe, resulta perfectamente lógico). Dice también que siempre se subestimó el tiempo que tomaría la reconstrucción: los planes prometían lo que hiciera falta, de modo que fueron veinte años de ensayar año con año programas que se suponía que darían resultado casi de inmediato —antes de las siguientes elecciones.