Negocios

Regalos de Navidad, en peligro por aranceles

The New York Times

Los fabricantes, tiendas y minoristas han interrumpido sus pedidos para las fiestas de fin de año y consideran cerrar sus negocios si los impuestos siguen

Los aranceles del presidente Donald Trump a China amenazan la Navidad. Las fábricas de China producen casi 80 por ciento de todos los juguetes y 90 por ciento de los artículos navideños que se venden en Estados Unidos.

La producción de juguetes, árboles de Navidad y adornos suele estar ya en pleno apogeo. Se tarda de cuatro a cinco meses en fabricar, empaquetar y enviar los productos a Estados Unidos.

Los aranceles de 145 por ciento han provocado un drástico aumento de los costos para las empresas estadunidenses. La mayoría de los empresarios que han compartido sus planes con The New York Times aún no han cancelado sus pedidos, esperan que el presidente dé marcha atrás en su política arancelaria.

La alarma en el sector es palpable, y las empresas predicen escasez de productos y precios más altos. Algunos empresarios, alegando lo cruciales que son las ventas navideñas para sus resultados, están consultando a abogados especializados en quiebras.

“Tenemos una cadena de suministro congelada que está poniendo en peligro la Navidad —exclamó Greg Ahearn, director general de la Asociación del Juguete, un grupo industrial estadunidense que representa a 850 fabricantes de juguetes—. Si no iniciamos pronto la producción, hay muchas probabilidades de que haya escasez de juguetes estas Navidades”.

Para la industria navideña de Estados Unidos, la fabricación china no tiene rival en cuanto a velocidad y capacidad de producción. Los fabricantes de juguetes revisan grandes partes de sus líneas de productos cada año para adaptarse a las cambiantes preferencias de los niños. Desde los materiales hasta la maquinaria, las fábricas chinas son ventanillas únicas para los importadores.

Kara Dyer, fundadora de Storytime Toys, fabricante de libros infantiles con rompecabezas, suele hacer un gran pedido navideño a su fábrica china en las dos primeras semanas de abril para tener existencias suficientes a mediados de julio. Las fiestas navideñas representan aproximadamente dos tercios de sus ingresos anuales.

Dyer hizo un pequeño pedido de productos por valor de 30 mil dólares antes de los últimos aranceles, sin esperar que fueran a alcanzar niveles tan altos. Ese envío está de camino a Estados Unidos, cuando llegue cree que deberá unos 45 mil dólares en aranceles. El envío proporcionará a la empresa existencias suficientes para unos meses, y dijo que probablemente subiría los precios al menos 20 por ciento para cubrir los costos arancelarios. Pero está esperando para hacer una gran compra navideña.

“Voy a mantener la esperanza durante dos semanas más de que se eliminen los aranceles y pueda hacer el pedido —comentó—. Si no es así, tendré que poner mi negocio en pausa. No haré ningún pedido si los aranceles están en vigor. No tendría ningún sentido”.

En una encuesta de la Asociación del Juguete a 410 fabricantes de juguetes con ventas anuales inferiores a 100 millones de dólares, más de 60 por ciento afirmaron que habían cancelado pedidos, y cerca de 50 por ciento dijeron que dejarían el negocio en cuestión de semanas o meses si se mantenían los aranceles.

En West Side Kids de Nueva York, la propietaria de la tienda, Jennifer Bergman, de 58 años, teme no tener juguetes para vender en Navidad. Y los juguetes que consiga podrían costar el doble que el año pasado, lo que reduciría sus ventas en la época más importante del año.

Regalos de Navidad, en peligro por aranceles
Un árbol de Navidad artificial y luces multicolores a la venta en la tienda Aldik Home, en Los Ángeles. Colin Sussingham/ The New York Times

Pobre Santa Claus

Las empresas jugueteras están subiendo los precios entre 10 y 20 por ciento, dijo Bergman, cuya madre abrió la tienda hace 43 años. Dijo que ahora intentaría comprar todo lo que pudiera, pero que empezaba la escasez. Había hecho un gran pedido de patines del diablo para el verano, pero el importador desvió el envío a Canadá porque no quería pagar el arancel. Le dijeron que solo recibiría una parte de su pedido.

Si se mantienen los aranceles, la Navidad será como “algo que nunca hemos vivido antes" —expresó Bergman—. La gente hará cola para comprar cosas que cuestan el doble o el triple que antes. Su negocio ya estaba bajo la presión de la competencia de Amazon, pero teme que los aranceles supongan un golpe definitivo.

“No creo que siga en activo para Navidad”, dijo Jennifer, y añadió que estaba consultando a un abogado especializado en quiebras.

En los últimos días, Trump ha adoptado un tono conciliador hacia China y los aranceles, alimentando algunas esperanzas entre los empresarios de que pueda eximir a las industrias que no supongan una amenaza para la seguridad nacional.

Greg Ahearn confirmó que estuvo en Washington la semana pasada para presionar a favor de una prórroga de 24 meses, la cual podría dar tiempo a las empresas para encontrar formas de fabricar sus productos en Estados Unidos.

Pero aunque Trump conceda a los importadores un alivio temporal, se producirán importantes perturbaciones mientras las empresas se apresuren a satisfacer los pedidos. Se espera que los costos de envío se disparen, de forma similar al frenesí que se produjo durante la pandemia, cuando la escasez de contenedores de transporte llevó en algunos casos a multiplicar por diez los precios de los fletes.

Regalos de Navidad, en peligro por aranceles
Un árbol de Navidad artificial y luces multicolores a la venta en la tienda Aldik Home, en Los Ángeles. Colin Sussingham/ The New York Times

La Navidad es la época del año de mayor actividad para Aldik Home, una tienda de artículos para el hogar de Los Ángeles. Genera más de dos tercios de sus ventas anuales en los tres últimos meses del año, vendiendo árboles de Navidad artificiales, coronas, adornos, luces y otras decoraciones.

Larry Gold, propietario de la tienda, dijo que llevaba muchos años trabajando con una fábrica china para diseñar árboles de Navidad. Hace el pedido en enero para enviarlo en junio o julio; este año tenía previsto enviar desde China siete contenedores de 12 metros cargados con árboles por valor de 600 mil dólares. El arancel actual le obligaría a pagar casi 1 millón de dólares de golpe.

“Ahora mismo, les hemos pedido que esperen”, confirmó Gold, de 72 años.

El año pasado, la tienda vendió árboles de 2 metros por unos mil dólares. Gold dijo que no tendría más remedio que trasladar el costo arancelario a los compradores, lo que situaría el precio de ese mismo árbol en más de 2 mil dólares. “Ese precio mataría el producto”.

“No puedo creer que nadie en este país que compre árboles a China pague el arancel de 145 por ciento, porque nunca los venderá”, afirmó Gold.

A este ritmo, dijo, no traerá los árboles, y su tienda, abierta desde hace décadas, no tendrá nada que vender durante el periodo más importante del año. Probablemente se verá obligado a cerrar, lo que le costaría el puesto de trabajo a sus 40 empleados.

“Aquí no habrá industria navideña. Todo el producto viene de China”, aseguró. 

c.2024 The New York Times Company

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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