Iniciar un negocio requiere ciertos conocimientos del mercado, capital para invertir y una estructura administrativa, sin embargo no es la única manera de emprender. Las microfranquicias son una alternativa diferente, en la que una empresa consolidada respalda a personas que quieren autoemplearse pero no saben cómo hacerlo.
Se trata de una opción de negocio pensada para emprendedores que no cuentan con las condiciones para echar a andar sus proyectos solos, o para aquellos considerados como “empresarios por necesidad”.
Silvia Mancilla, gerente de Nuevos Negocios de Fundes México —una organización que trabaja con empresas y gobierno para impulsar micro, pequeñas y medianas empresas—, asegura que una de las características principales de las microfranquicias es que el emprendedor puede recibir beneficios inmediatos una vez que pone en marcha el negocio.
“Tiene beneficios a corto plazo, que es que puede adquirir un modelo de negocio que prácticamente pone a operar en el día uno. Como las empresas (que están detrás de las microfranquicias) hacen promoción y demás, prácticamente le dicen (al emprendedor): ‘Ese es su mercado, ese es su producto y así lo tienes que vender’. Entonces, desde el día uno, él ya tiene beneficios de su sueldo o las ganancias que va teniendo”, explica Mancilla en entrevista con MILENIO.
¿Qué hacer para arrancar?
Las grandes empresas interesadas en que pequeños empresarios echen a andar micronegocios basados en sus productos pertenecen, sobre todo, a los sectores de energías renovables y construcción, de acuerdo con Silvia Mancilla. El primer paso que aconseja la especialista es acercarse al Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), para ser candidato a un financiamiento para obtener una microfranquicia.
“En el Inadem se registran los modelos de negocio y la gente puede aplicar a los distintos modelos. Es la forma como ahorita se está canalizando el interés de estas personas que requieren la microfranquicia, porque el foco ahorita está puesto en generar más modelos para que haya más oferta”, explica.
Otros beneficios
Otra ventaja de esta modalidad de negocio es la capacitación que recibe el emprendedor por parte de las empresas, la cual puede ser de utilidad para futuros proyectos, pero también la red de apoyo que se crea entre las microfranquicias.
“Vamos a suponer que un modelo de negocio te genera 50 microfranquicias en un territorio determinado. Esas 50 microfranquicias, a diferencia de otros modelos, no necesariamente son competencia entre ellas, sino que se pueden apoyar. Si a alguien le surgió un pedido muy grande o una instalación que tengan que hacer, sabe y conoce a las otras personas que conforman la red y puede pedir ayuda o puede pedir asesoría, y esa es una parte muy importante porque casi siempre los microempresarios están muy solos”, indica Silvia Mancilla.
Casos en México
El modelo inició en India y en África hace cinco años para generar una opción de autoempleo para las personas. Hoy, en México se desarrollan diferentes modelos de negocio para que nuevos emprendedores puedan incursionar con una microfranquicia.
“Nosotros (en Fundes) hemos desarrollado algunos modelos y estamos desarrollando otros. La vitrina del Inadem me parece que tiene entre siete y once modelos. Está el modelo de la empresa Masisa, que se dedica a hacer paneles de conglomerado de madera; que no es microfranquicia, es una red inclusiva de distribución; hay una de Nestlé, que se llama Mi Carrito Cafetero”, detalla la entrevistada.
En el caso de Masisa, el modelo se llama Estilos y consiste en la fabricación y distribución de muebles que se diseñan al gusto de los clientes. El microfranquiciatario recibe capacitación empresarial y en diseño e instalación de muebles. En 2014, logró la apertura de 50 microfranquicias en el Área Metropolitana del Valle de México, y en 2015 inició la expansión del programa a Guadalajara, Jalisco.